Rajoy aplica una ley idéntica a la que llevó al estallido de Argentina en 2001
¡Ñós...! No suelo utilizar palabras gruesas en La casa de mi tía. No tanto por ser melindroso como para no restarle fuerza a las expresiones y reservarlas para ocasiones muy especiales. Como es ésta en que veo la información de TIEMPO ARGENTINO que me manda mi amigo Felo. De verdad que la cosa amerita el taco. Pónganle atención al asunto, aunque ya ustedes saben que es así.
Ponganle atención, sí al asunto. recuerden cómo nos mortificaban las noticias que recibíamos de la Argentina. Cómo nos solidarizábamos, cómo nos atribulaba el alma y nos compadecíamos con las historias que nos contaban los amigos y las amigas de la Argentina sobre los trabajos que tenían que pasar. Pues dejenme que les diga que aquello fue nada, comparado con esto nuestro. Porque aquello fue una anécdota malvada. Y esto es una estrategia cruel para dejarnos en la tesitura de escoger entre la indigencia, la miseria, o la abyección de trabajar para los ricos, servirles, limpiar sus detritus, entretenerle, darles placer, a cambio de una mera subsistencia... y morirnos después, cuando la edad o la salud nos impidan serles útiles. Esto es lo que nos está ocurriendo. Por Achamás, por el dios de cada cual, por lo que más quieran, díganlo y repitanlo allá donde les escuchen o les lean, como hago yo. Que la gente se entere de lo que les están haciendo y de que eso no lo paran solamente con una hulega o una manifestación, por grande que sea. Eso fue el principio, pero hay que seguir.