Venezuela debe apostar por el conuco frente al colapso del modelo agroalimentario capitalista, Edem Peña, MISIÓN VERDAD en MEDIUM - Canarias se mira en el espejo venezolano, comenta Chema Tante
Edem Peña firma este artículo de MISIÓN VERDAD en MEDIUM, clarísimo, sobre las dificultades de un pueblo asediado para solventar una situación ya viciada por el embate del neoliberalismo. Y Federico Aguilera Klink, que señala el texto, me incita a comentarlo. Y yo, obediente, lo hago. Tanto en Venezuela, como en Canarias como en tantas partes del mundo, los problemas los creó el neoliberalismo, la pandemia los ha potenciado. Solamente la cordura del regreso a lo local nos podrá salvar.
Canarias se mira en el espejo venezolano, comenta Chema Tante
En el espejo venezolano debemos mirarnos muchos territorios. Pero el fenómeno es muy similar, salvadas las distancias circunstanciales, con Canarias.
Todo el problema viene del modelo neoliberal de especialización. Esa condenada máxima de que cada país debe centrarse en producir lo que sea más eficiente, y comprar todo lo demás. En Venezuela, petróleo y gas; en Canarias turismo masivo. En Venezuela, como en toda Latinoamérica, fue ALADI; en Canarias como en toda la Unión Europea, fue la Comisión Europea. Todo ello, en la atmósfera infecta del neoliberalismo. Así, los pueblos producen una sola cosa, reciben menos de su valor, por los manejos del mercado y se gastan más de lo que tienen en comprar lo que podrían producir, pero no producen.
En virtud de esa maldita norma de la eficiencia de la producción, en Venezuela se abandonó la producción alimentaria. Se acuñó un termino tecnócrata que, aunque parezca mentira, se citaba con encomio: la agricultura de puertos. Venezuela ,no tiene que perder el tiempo en la agricultura. Las divisas permiten importar todo lo que haga falta. De esta manera, en Venezuela, hasta el maíz para la harina de las arepas, se importa. Se abandona el conuco.
Agricultura de Puertos. Cambien Canarias por Venezuela, Turismo por Petróleo, Millo o Trigo por Maíz, Gofio por Arepas, Cantero por Conuco y tendrán el reflejo del mismo drama. La dependencia absoluta de todo un país de un solo producto y de las veleidades de los mercados. Por llamar veleidades a la maldad de los manejos especulativos. En el colmo de la incoherencia, Venezuela importa hasta la gasolina refinada con su petróleo; Canarias importa fósiles, cuando tiene energías limpias de toda clase con las que generar la energía. Es el neoliberalismo, amigo.
En Venezuela, la agresión USA, asociada con los sabotajes de los intereses empresariales internos, ha hecho muy complicadas las soluciones introducidas por la revolución bolivariana.
En Canarias, la agresión neoliberal, asociada con el egoísmo de los intereses empresariales internos, hace imposible ninguna solución, porque carecemos de aquella revolución.
Ahora la pandemia, que yo siempre digo que estoy convencido de que es una respuesta airada de la Pachamama, del Planeta, como quieran llamarlo, obligará a recuperar la cordura. Tarde o temprano se volverá a la producción alimentaria local y se abandonará esa estupidez de consumir comida producida a miles de millas, transportada en refrigeración y tratada con productos químicos para que se conserve. Calentamiento y contaminación a todo volumen.
Tarde o temprano. Pero la vida depende del regreso a los conucos, a los canteros, a la agricultura tradicional ecológica. y a la agroindustria local.
Digo tarde o temprano. Pero es posible que por la demencia de quienes dirigen gobiernos y empresas quizá se haga demasiado tarde.
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Esta alternativa real, surgida desde el poder de la gente, encara la compleja crisis de producción alimentaria que vive Venezuela entre cuyas causas está la existencia de mafias. Se hace vital que una nueva política productiva surja de iniciativas organizadas desde la necesidad concreta de pequeños y medianos productores.
Todo el acertado análisis de Peña
