Condolencias [muerte en la migración] - por Antonio Francisco González Sanabria *

El  pasado año 2014,  625.000 personas solicitaron asilo en los 28 países de la UE. Solo 31.745 lo reclamaron en Reino Unido, la mitad que en Francia y una sexta parte que en Alemania. En el primer semestre de este año ha habido alrededor de 20.000 intentos de atravesar el Canal de la Mancha, es la cara trágica de la inmigración dentro de Europa.  El pasado 24 de Julio, una  inmigrante Eritrea murió atropellada en la ciudad francesa de Calais cuando intentaba llegar a suelo británico al cruzar la autopista, la que une Francia e Inglaterra a través del Eurotunel. En la madrugada del miércoles, en el mismo puerto francés, hallaron muerto a un joven sudanés arrollado por un camión mientras trataba de cruzar a Reino Unido.

Siguiendo con  las noticias que están llegado por los medios de comunicación, no pasa día en que un barco negrero intente llegar a las costas del Mediterráneo, hace unos días murieron ahogados más de doscientas personas al volcar su embarcación frente a las costas Italianas,  el Mare Nostrum, en lo que llevamos de año, se ha tragado a más  dos mil personas, Grecia está sufriendo  la avalancha de la inmigración más fuerte de Europa, desde los Balcanes y desde la misma Turquía, ante la descoordinación y la falta de medios, en los últimos meses, este hecho ha desbordado a las instituciones griegas, que ven como decenas de miles de inmigrantes transitan por sus calles. A pesar de la austeridad que asola a los griegos y sus problemas económicos con la troika desde hace años, como siempre, las redes de voluntarios son  la clave para la acogida de las personas que llegan en situación irregular, convirtiendo lugares públicos abandonados, como un camping en la isla de Lesbos, un hotel en la isla  de Kos (por cierto que la policía griega está mandando refuerzos para intentar identificar o filiar a casi 7.000 personas diarias) o un parque en Atenas, en dormitorios transitorios,  un voluntario griego explica: “Es nuestra obligación como seres humanos ayudarles. Puede que en dos meses estemos igual que ellos.

         Esta crisis migratoria, se está dando principalmente como consecuencia de la tan cacareada y aplaudida “primavera árabe” (entre otros factores), eso que nos parecía tan bonito y tan democrático de la revolución de los desahuciados contra los poderes facticos en los diferentes países árabes, al ser abandonados a su suerte por el resto del mundo,  ha llevado a centenares de miles de seres humanos a la pobreza, el hambre, la guerra y la muerte.  

            Hace unos días, la guardia costera italiana rescató a cerca de 1.800 inmigrantes desde siete embarcaciones repletas y  cinco cadáveres en un gran bote de goma en el que viajaban más de doscientos individuos.
Italia ha registrado la llegada de unos 90.000 inmigrantes por mar en lo que va del año, después de recibir 170.000 en 2014, con el coste económico y humano que esto supone. Muchos de los recién llegados buscan viajar rápidamente al norte de Europa, una zona más rica, incluyendo  países como Inglaterra, Francia, Alemania o a los míticos países Escandinavos, en Grecia no existe al parecer un censo de inmigrantes fiable, y en España los saltos a las vallas de Ceuta y Melilla no paran, además de los intentos constantes de cruzar a Europa en miles de formas y maneras.

En toda Europa se están estudiando medidas anti emigrantes o lo que es lo mismo, inhumanas, con respecto a este fenómeno, Hungría está levantando un nuevo muro de la vergüenza en un intento de impedir que los inmigrantes procedentes de Bosnia Herzegovina crucen sus fronteras,  amén de afganos y otros países que están siendo sometidos por el EI a sangre y fuego, todos nos horrorizamos cuando vemos u oímos las muertes que está costando esta migración, pero opino que cualquier cosa es mejor que morir bajo las bombas de los F – 16, o que te corte el cuello el EI.   

Mientras tanto Francia y Reino Unido están llorando al resto de la comunidad Europea por el papel que les ha tocado en este embrollo, la presión migratoria en Calais, porque les cuesta dinero y recursos para reprimir los intentos de cruzar de estas personas a Reino Unido, el gobierno de este último, incluso está intentando que los caseros no alquilen o denuncien a los “sin papeles” para evitar su afincamiento en el país, convirtiéndolos así en delatores y en un anexo gratis del cuerpo de policías de aduanas.

Como vemos el drama humano no tiene importancia, lo único importante es mantener el estatus en el que vivimos sin importarnos cuánta sangre y tragedias cuesta, mientras seguimos viendo y leyendo este horror de hambre y la muerte, y aplaudimos los intentos de liberación de los pueblos como si de una película se tratase.

* En La casa de mi tía por gentileza de Antonio Francisco  González Sanabria