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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Don Román (NC) complica la campaña electoral - por Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIAR   Don Román Rodríguez bis, líder de Nueva Canarias, plantea dos cuestiones (Ideas y austeridad) hartamente complejas para la inmediata cruzada política que nos volverá a asirocar sin remedio. Asirocamiento que aparece como castigo de los dioses ante tanto divismo, soberbia, prepotencia y egolatría personales además de torpezas partidistas, escoramientos ideológicos y desprecios a la voluntad popular.

Don Román (NC) complica la campaña electoral - por Nicolás Guerra Aguiar *

ROMÁN RODRÍGUEZ   Don Román Rodríguez bis, líder de Nueva Canarias, plantea dos cuestiones (Ideas y austeridad) hartamente complejas para la inmediata cruzada política que nos volverá a asirocar sin remedio. Asirocamiento que aparece como castigo de los dioses ante tanto divismo, soberbia, prepotencia y egolatría personales además de torpezas partidistas, escoramientos ideológicos y desprecios a la voluntad popular.

 

  Volveremos, pues, a soportar otra campaña electoral hasta finales de junio o, acaso, ya bien entrado 2017 si los personalismos siguen enrocados cual las potalas al marisco del fondo marino. (Como adelanto, la ultimísima promesa del PP: dos millones de puestos de trabajo. Sumados a los tres de la etapa anterior, tendremos que echar mano de inmigrantes para cubrir los vacíos obreriles. Deo gratiam!) 

Ramón_Pérez_de_Ayala   Lo que el muy astuto, malicioso y sagaz don Román propone –en primer lugar- es que la campaña se centre en Ideas (¡mala leche la de don Román!), esa cosa casi ignorada por tosquedad en conocidos políticos. Porque decir “Tengo una idea: podríamos ir al cine”, nada tiene que ver –Pérez de Ayala dixit- con juicio alguno. Las Ideas son conocimientos racionales, reflexiones, aunque la filosofía matice sobre variantes.pedro lezcano 2 Y es que las Ideas –Pedro Lezcano notarió- arden, “mas no se queman”. En román paladino –y en Román Rodríguez- la Idea es pensamiento, capacidad para cavilar atenta y detenidamente, orden mental. Y aunque estamos en tiempos de sequías intelectuales (intelecto como pensamiento), se prodigó en etapas anteriores. Tal, por ejemplo, hasta mediados de los ochenta (señores Fraga, Carrillo, Tierno, Guerra, Suárez, González, Jiménez de Parga, Garrigues, Mauricio, Roca, Tamames, Saavedra, Herrero de Miñón, Solé Tura, Peces Barba, Viéitez, Ruiz Jiménez…).

   La segunda condición que reclama el señor Rodríguez (“austeridad”) parece reiteración o, acaso, sarcasmo en cuanto que no especifica a quién o a qué aplicaríanse ajustes y sobriedades. Si se dirige a derroches me parece correcto y, a la vez, incluso hasta reduciría mi encochinamiento por la repetición, pues dejarían de estar las mismas caras de forzadas sonrisas en los mismos colgantes callejeros con los mismos lemas de hace seis meses (u ocho años, “me resulta inverosímil”) y con las mismas promesas de cantos al poder popular (aunque, en este caso, cientos de miles de votantes dejarán de ser los mismos, tal sospecho).

    Y si a esa propuesta de austeridad económica se sumaran austeridades físicas de los reiterados candidatos (es decir: ausencias, evaporaciones, provisionales destierros), incluso suavizarían emputamientos (Canarias, Honduras, México), acelerados ritmos cardíacos e indignadas mortificaciones a nosotros, estafados por quienes han estado cobrando (¡más de 30 millones de euros!) durante seis meses sin dar golpe, despreciados incluso por el Gobierno interino en plan jodelón y burletero hacia la decisión del pueblo.

   Por tanto, austeridad como absoluta desaparición física durante la campaña, pues gente hay que no controlaría su natural estabilidad cuando los viera aparecer en actos públicos para decir exactamente lo mismo que prometieron seis meses atrás… y no cumplieron. Claro insulto a la ciudadanía quien, a la vez, es corresponsable de tanta tomadura de pelo, manifiestos desdenes y procaces movimientos rítmicos en torno a terminales espaldiles de los seres humanos de las personas.

   Digo más arriba que la austeridad propuesta por el señor Rodríguez podría parecer sarcasmo o ironía. Pero matizo inmediatamente que no son propios de su carácter humano, razón por la cual los rechazo y llego a suponer que se refiere a lo apuntado: el ahorro económico ajeno al desbordamiento de Ideas o, como en revolucionaria terminología pedagogil, “lluvia de ideas”.

   Pero sí podría entenderse a vuela pluma que sea reiterada reiteración de algo palpable en políticos actuales: su austeridad… intelectual. Aunque tampoco aportaría nada nuevo don Román, pues como austeras se han definido desde tiempos atrás ciertas capacidades exigibles para la función política, al menos en la tierra que conozco por mí mismo y otras de las que me entero por viajes, informaciones e informativos.  Por tanto, como el señor Rodríguez no es agresivo, debo suponer –insisto- que se refiere a austeridades económicas, a reducciones en gastos y eliminación de despilfarros. Porque austeridad austeridad (incluidas sus variantes mesura, ahorro, abstinencia y parquedad) en Ideas, conceptos, doctrinas, reflexiones y pensamientos universales, la verdad es que políticos de aquí y allá, de allí y acullá la ejercen. Son incapaces en las tales elementalidades que se refieren a persuadir o convencer a través de palabras ordenadas, coherentes, cargadas de inteligentes y racionales planteamientos.

 quod natura  Razón tiene don R3 en cuanto a sus recomendaciones aunque, bien es cierto, precisa alguna matización. Así, su señoría conoce el proverbio Quod Natura non dat, Salamanca non praestat (‘Aquello que la Naturaleza no da, Salamanca no lo concede’). Que no es el lema de la salmantina Universidad, sino una máxima (dicen que unamuniana): la universidad no puede darle a nadie lo que la Naturaleza le ha negado (capacidad intelectual, por ejemplo). Pura cuestión genética. Otra cosa bien distinta son los partidos: lo entienden al contrario. Los aspirantes menos agraciados son quienes cumplen al pie de la letra el Dictado Universal. Y además son agradecidos. De ahí tanta, tantísima mediocridad.

   La celebración de nuevas elecciones es un fracaso de quienes hablan en nombre de la ciudadanía pero no cumplieron la orden de pluralismo en el poder. El más afectado fue el señor Sánchez, atado y bien atado por feudalismos baroniles. Su debilidad numérica lo obligó a aceptar el hermanamiento con Ciudadanos, pacto impuesto por el ala nada leve del muy poderoso conservadurismo psocialista (Andalucía es el ejemplo), aunque se enfrentó a quienes reclamaban también la entrada del PP. Tengo la impresión de que no le dejaron cerrar la alianza con “la izquierda comunista” de Podemos (¡genial aportación del señor Luena, nobelísima!), aunque ciertas torpezas (aparentes) y fantasmadas del señor Iglesias bloquearon aun más tan utópico acuerdo.

   Y a todo esto, el señor Rajoy seguirá más o menos igual. Hay sectores ciudadanos a quienes de nada valen las Ideas. Incluso –tal sospecho- ven normal la corrupción.

* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar