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martes, 21 de mayo de 2024 14:22h.

El euro es una estafa - por Rafa Dorta


"El símbolo del euro es un tres, un tridente, una troika de intereses clavada en el corazón económico de Europa. La E mayúscula del euro es uno de los retorcidos peines del viento de Eduardo Chillida y al igual que la moneda única y que el pensamiento único, se encuentra incrustado en la solidez de una roca madre, capaz de resistir los embates del oleaje al mismo tiempo que permite pasar el aire a través de sus perfiles aerodinámicos. El euro es un bloque monolítico con apariencia de permeabilidad."

El símbolo del euro es un tres, un tridente, una troika de intereses clavada en el corazón económico de Europa. La E mayúscula del euro es uno de los retorcidos peines del viento de Eduardo Chillida y al igual que la moneda única y que el pensamiento único, se encuentra incrustado en la solidez de una roca madre, capaz de resistir los embates del oleaje al mismo tiempo que permite pasar el aire a través de sus perfiles aerodinámicos. El euro es un bloque monolítico con apariencia de permeabilidad.

La sede del euro es un foro permanente de discusión politica en el que la estética de los discursos apenas logra taponar los enormes agujeros de credibilidad abiertos en su razón de ser. En el centro, Alemania, origen y protagonista histórico de las mayores desestabilizaciones ocurridas en el viejo continente, emprende ahora una guerra económica, sin necesidad de utilizar armas ni ejércitos, para doblegar la voluntad de sus vecinos del sur. En esta invasión hiper moderna hay millones de prisioneros, pero no es necesario vigilarlos, porque los barrotes de la gran jaula están en su propia conciencia, en el miedo inducido a dejar de ser prisioneros del euro.

Los servicios sociales se han vuelto muy caros, insostenibles, como todo lo que queramos consumir de forma duradera, pues de eso se trata, de consumir pronto y desechar rápido, del culto a lo casual, a lo pasajero, a lo breve pero intenso, a las relaciones esporádicas sin mas historia que la de una momentánea sombra de felicidad.

La fugacidad tiene alergia al compromiso, a replantearse la falsa inutilidad de los movimientos sociales para cambiar la realidad rompiendo la dinámica establecida por el poder económico. El euro es irreversible, nos dicen; y por tanto, hay que continuar la senda de los esfuerzos. Otra vuelta de tuerca mas, luego otra, y otra, y otra mas, porque no hay mas remedio; la alternativa es el caos. Pero no es cierto. De nuevo utilizan el temor a perder aun mas que lo que nos hacen perder con la doctrina del shock.

Demasiada información crea desinformación, así que se aprovechan del pavor al empeoramiento en nuestras condiciones de vida, para manipularnos. No hay opción, hay que hacerlo así, no hace falta someterlo a referéndum, ya habrá tiempo para elecciones, lo urgente es solucionar la crisis, la democracia puede esperar, lo importante ahora es recortar, restringir, podar, mutilar, los excesos cometidos por culpa de las libertades, la libertad es excesiva, la libertad es un exceso y es muy cara la libertad de elección, es imposible elegir hasta que las cosas mejoren, no podemos permitirnos tantos derechos, son muy caros. No hay derecho a los derechos, ya veremos mas adelante. 

El euro es un dado trucado, una partida con las cartas marcadas, unos ganadores con muchos ases en la manga, un casino financiero, un negocio sofisticado, una cueva de ladrones. El euro es un impostor, un caballo de Troya en Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia... son los primeros de una larga lista de primos estafados.