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lunes, 20 de mayo de 2024 15:32h.

¿Hemos muerto las idealistas? - por Ana Vega

Curioso el titular, pero es que no me venía otro a la mente.

¿Hemos muerto las idealistas? - por Ana Vega *

Una tarde tensa, y no precisamente por la llegada de los Reyes Magos, a quienes por cierto este año los peques y yo no veremos en vivo y en directo por temas de salud. El tiempo de calima en estos días no ha ayudado precisamente a sacar los episodios alérgicos del cuerpo. Pero bueno, siempre nos quedará la tele, aunque a Héctor ya dificilmente se le puede " engañar ".

Curioso el titular, pero es que no me venía otro a la mente.

Llevamos meses viendo diferentes movimientos en el entorno político, que llevan incluso a la confusión del personal.

Cualquier foto que nos hagamos, fuera de lo común, puede ser causa de maquinación política. Palabras utilizadas que podemos creer estar bien dichas, pueden ser motivo de malentendidos, y por consiguiente generar un grado de alta tensión.

Dependiendo quienes den los pasos, están bien o mal dados. Todo depende de quien sea su ejecutor.

Escuchaba a Anguita decir: " No te voy a preguntar de donde vienes, pero sí a donde quieres ir ".

Y estoy de acuerdo en sus palabras, porque es la única forma de poder avanzar. Y quienes deseamos terminar con el bipartidismo, pero ante todo acabar con el partido que ha llevado a la miseria a este país, estamos dispuestos a mover las fichas que sean necesarias para dar por finalizada una auténtica pesadilla, que nunca debimos vivir.

No voy a entrar a decir quien hizo más daño políticamente o como podríamos evitado esto. Ya no estamos para esas incógnitas.

Me sigo sintiendo una idealista y soñadora, y puede que el no querer desprenderme de esos sentimientos, me atormente más cada día.

Existen movimientos que se llevan a cabo que me hacen sentir, que el idealismo muere, porque ya no tiene cabida en el mundo en el que vivimos.

Me niego a renunciar a ello, y puede que cada vez seamos menos los que sentimos esto, pero es lo que a lo largo de mi casi medio siglo, me ha ayudado a sobrevivir y a mirar al frente con ilusión y esperanza.

Yo no puedo entender que políticos me salgan al ruedo diciendo que no son ni de izquierdas ni de derechas, como tampoco alcanzo a entender el famoso ya sentido común, el cual hay que interpretar dependiendo de donde venga.

Cuidado y que nadie confunda esta nota como una derrota, porque para nada lo es. Es más, estoy convencida de que a partir de mayo puede que los frutos se empiecen a ver.

Pero ojo, no perdamos de vista esos pactos en diferentes lugares del país, en el que se han ido rompiendo, consiguiendo que esos castillos que se levantaron, se cayeran uno a uno a una velocidad vertiginosa. Quizás es es el miedo que se apodera de mí , temiendo que esos acuerdos que se están llevando a cabo, llegado el momento se desplomen.

Sigo siendo, y así pretendo ser hasta el final de mis días una apasionada de la política cuya única finalidad es que tantos años de lucha, de soportar presiones, rupturas, etc. sirvan para construir ese mundo que tanto ansíamos.

Creo en la izquierda, es difícil me hagan pensar lo contrario. Quiero que en este país en el que habito las clases marginadas desaparezcan, como también quiero que no existan fronteras, ni que se trate al ser humano de una manera u otra, dependiendo de donde proceda.

Creo en el ser humano, pero no creo en quienes el poder lo utilizan para arrastrar o enterrar a los más débiles.

Creo en el ser humano, pero no en quienes se creen los dueños del planeta.

No es difícil de entender.

Son meses duros en los que me tocará debatir por quien merece la pena echar toda la carne en el asador.

La situación es de extrema gravedad, y siento que existen personas que están utilizando tan tristes acontecimientos, para buscarse un hueco y poder optar a lo que otras formaciones o asociaciones no les dejaron estar en lo más alto de unas simples listas y que pueden llevar el veneno en sus acciones.

A eso, simplemente eso, es a lo que realmente tengo miedo.

Creo en el ser humano, pero también creo en mis ideales, que pueden gustar más o menos, pero están ahí, y aunque el titular hable de muerte de ellos, yo no los dejaré morir. No, mientras viva.

* Publicada con autorización de la autora