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miércoles, 08 de mayo de 2024 09:55h.

¿A qué huelen los políticos buenos? - por Álvaro Felipe Hernández

¿Cómo va un perroflauta a legislar a medida de las empresas del IBEX-35 si nunca ha llevado un polo de Lacoste, unas Ray-Ban de 300 € o un Rolex chapado en oro? es imposible.

¿A qué huelen los políticos buenos? - por Álvaro Felipe Hernández *

¿Cómo va un perroflauta a legislar a medida de las empresas del IBEX-35 si nunca ha llevado un olo de Lacoste, unas Ray-Ban de 300€ o un Rolex chapado en oro? es imposible.

Los diputados buenos huelen a Armani, Carolina Herrera, Versace... las diputadas a Chanel, Dior, Hermès. Incluso las partes más íntimas de Celia Villalobos podrían estar desprendiendo aromas de Lavanda o Agua de Rochas en estado puro durante las 9 legislaturas que lleva viviendo del cuento. El guardarropa del Congreso de los Perfumados huele a piel auténtica de animal en peligro de extinción. Todo es altamente glamuroso yfashion en la España tapizada con moqueta institucional, el vídeo del discurso navideño de nuestro democrático y austero monarca lo confirma.

Luego están las pensiones vitalicias, los gin-tonics a 3 € en la cafetería, los trajes a medida pagados por los empresarios, los diputados que pescan salmón noruego y luego sólo existe un cohecho impropio prescrito, los comisionistas, los que reciben sobres, los que tiran de tarjetas black, el senador putero amante de las saunas, los que legislan a medida para pillar la puerta giratoria, los que vieron armas de destrucción masiva en Irak, los que nos quieren meter en una guerra, el alcalde que se salva del "caso corredor" porque anulan una prueba al mamarse alguien un auto fundamental y dice que se demostró su inocencia con la prensa vendida haciéndole los coros... todos estos políticos buenos tienen en común un aroma a limpio, perfume caro, traje a medida y la inconfundible fragancia de los billetes de 500€ recién salidos de la fábrica de moneda y timbre. Todos nos fascinan con su look envidiable y un fondo de armario de la mejor calidad.

Un pibe de barrio con rastas, jersey raído y aspecto tribal no puede representar dignamente a esta nación ¿Cómo va un perroflauta a legislar a medida de las empresas del IBEX-35 si nunca ha llevado un polo Lacoste, unas Ray-Ban de 300€ o un Rolex chapado en oro? es imposible. Además ¿cómo un elemento de aspecto jamaicano con rastas va a acudir con semejante pinta a un besamanos de la Casa Real? Con razón el Vaticano pide a gritos un pacto de salvación entre PP y P$OE, los principales benefactores de la Santa Sede con el dinero de los españoles que no olemos tan bien, los que sudamos, menstruamos y defecamos. los que no somos seres etéreos como una infanta. Un perroflauta con rastas sin formación en el OPUS es capaz de intentar que la iglesia pague el IBI. No puede ser.

"Que se presenten a las elecciones", dijo Mariano Rajoy a los perroflautas del 15-M, y los desheredados del sistema le hicieron caso y ahora mismo tienen 69 diputados que podrían ser muchos más de no ser por la coherencia de IU en particular y del narcisismo estructural de la izquierda en general. Los mismos perroflautas que no pudieron rodear el Congreso porque les molieron democráticamente a palos con la Ley-Mordaza lo invadieron con la fuerza de los votos. El enemigo ya está dentro.

Mariano puso cara de asombrado al ver un indígena de colonias con rastas fuera de su monitor de plasma y Celia Villalobos cree que se va a llenar de piojos. La cara de asquito y asombro de Mariano no fue porque Pedro Gómez de la Serna acababa de jurar acatar la Constitución, ni porque unas horas antes nos escupieran en la cara que la frase "Hacienda somos todos" era sólo un eslogan publicitario, un chiste para hacer un anuncio. "España en serio", el eslogan del PP en estas últimas elecciones, seguramente era un chascarrillo electoral. Muy posiblemente el propio Albert Rivera es un chiste en sí mismo. Y seguro que la prensa destacó el bebé lactante que una diputada llevó al Congreso entre cientos de "mamones" profesionales para hacer un artículo de humor. Mira que es difícil distinguir un lactante entre cientos de mamones.

Menos mal que seguimos teniendo políticos buenos, bien trajeados y bien perfumados. Afortunadamente y gracias a ellos el debate social volverá a girar en torno a quién es más guapo: Pedro Sánchez o Albert Rivera, quien por cierto salió en pelota picada en un anuncio para demostrar que no tenía nada que ocultar, aunque su plumero ha sido fotografiado por los satélites meteorológicos. Seguramente se lo taparon con PhotoShop en las vallas.

A nube. Los políticos buenos huelen a nube como el anuncio de Támpax, aunque estén llenos de mierda.

* En La casa de mi tía por gentileza de Álvaro Felipe Hernández