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lunes, 29 de abril de 2024 10:59h.

El largo verano del 23 - por Alejandro Floría Cortés

 

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Chema Tante recomienda este lucido artículo de Floría Cortés

El largo verano del 23 - por Alejandro Floría Cortés

 

Si las campañas electorales del 28M y del 23J en España destacaron por una profunda pobreza intelectual y política, el circo sin pan que las ha sucedido con las búsquedas de apoyos para las posibles investiduras avala que siempre es posible alcanzar las más altas cotas de miseria. Una miseria multidimensional que parece no tener un límite y el cual, de existir, debe de ser ajeno a las instituciones y al sistema de representación, pero que, por lo pronto, ni está, ni se le intuye, ni se le espera. En esta degradación asintótica hacia el infinito, los problemas a los que atiende la clase politíca ocupan su tiempo, en misteriosas proporciones, entre sus egotismos y los intereses privados.

Políticos que se niegan el saludo, que se dan palmaditas en la cara, que se ponen pinganillos, que sacan de quicio todo lo que se diga, haga y ponga a su alcance provocan adhesiones, en uno u otro sentido, en el formato del hooliganismo asnal más rancio y acrítico. Los medios de comunicación juegan un papel imprescindible en este sentido porque esto es un increíble disipador de energía política. Ahora que incluso Feijóo quiere ser progresista, todo está impregnado de identidad y de emoción, el ciudadano inoculado con el democratismo, ha devenido, por fin, en el perfecto posmo-leloSe culmina un nuevo nivel de separación que se disuelve en unas redes sociales que no son colectivos y que, ¡oh, sorpresa!, siempre te devuelven, especularmente, lo que quieres. Se trata, sí, de separarlo todo y de generar la ilusión de completitud a partir de la mera autopercepción y en la más absoluta des-memoria. Divide... et Impera.

No recuerdo que haya habido algún partido político que haya puesto como condición primera e irrenunciable para otorgar sus votos en una sesión de investidura la solución para los 2,6 millones de niños y adolescentes, el 32,2 % de la población infantil en España, que está en riesgo de pobreza y exclusión social [1]¿Se le ocurre acaso a alguien una condición más urgente o comparable a esta (lo que la convertiría en adicional a la misma)?, ¿alcanzar, acaso, el 2% del PIB en Defensa como pide la OTAN? ¿o, directamente, socializar cualquier pérdida de intereses privados (farmacéuticas, banca, renovables, armamento,...)? Por atroz que pueda resultar, qué duda cabe que está dramáticamente extendido el pensamiento de que ciertos sufrimientos de los otros son bien merecidos, fruto de aspectos y argumentos tan peregrinos como desconectados. Detrás de cada pero (patatas) suele haber, también, una ignorancia vanidosa un miedo atávico bien inducidos.

Mucho podría cambiar en poco tiempo a través de la educación si no fuera porque se encuentra secuestrada por dos caras de la misma moneda que se acusan mutua y convenientemente de adoctrinamiento. Cualquier persona de cierta edad podrá reconocer tal cosa en los libros de sus hijos, en uno u otro sentido, y también la recordará y la re-conocerá en los propios. Pero si abogásemos por una educación centrada en las personas y en la preservación del medio ambiente, en la que predominasen valores de cooperación y apoyo mutuo frente a los de competencia e individualismo no me cabe la menor duda de que seríamos acusados de adoctrinamiento tanto por derecha como por izquierda, una vez que ambas asumieran su más absoluta falta de protagonismo.

Y es que un objetivo tan rotundo y tan simple en su formulación ya ha sido cooptado porque su implantación real, apunta necesariamente a conceptos inaceptables para el estado actual de las cosas, para ese BAU (2) que mata, como pueden ser la preservación de las necesidades básicas de las personas (sanidad, cuidados, educación, alimento, vivienda, energía,...) sin admitir el lucro en ellas y orientar y estructurar, mucho más localmente, la economía (y el empleo) hacia las mismas. Eso implica, entre otras muchas cosas, otros patrones de consumo, otras relaciones comerciales, otros parámetros financieros y económicos, una re-potenciación de los oficios, una simplificación técnica que nos devuelva una mayor robustez frente a una cínica obsolescencia programada… Pero, vaya,... ¿cómo puede sonar tan subversivo ocuparse de verdad de las personas y del planeta?

Ciertos palmeros tuiteros del futuro segundo gobierno más progresista de la historia, y que a estas alturas se les va a hacer bien de rogar, encuentran, no obstante, a un actor diruptivo, casi revolucionario, en un Joe Biden que se fotografía con los sindicatos en huelga. Es mismo Biden, sí, que envía armas a los nazis de Ucrania, o a cualquier facción terrorista en África, que tiene un problema de salud pública salvaje con cien mil muertos anuales por sobredosis, que sigue imponiendo mandatos COVID sin ningún criterio científico... A veces es difícil saber si estas cuentas son parodias, pero cuando retuitean a Errejón, a Emilio Santiago Muiño o al mismo POTUS y aconsejan asertividad con baboso paternalismo al SUMAR más pusilánime, se despejan las dudas: se creen lo que están diciendo y creen combatir en una guerra cultural. O acaso sólo quieren que el lector lo crea. Me temo que aquellos bienintencionados que fueron a votar con la pinza en la nariz para tratar de frenar a un supuesto fascismo que, bien mimetizado, ya lo impregna todo, deben sufrir un profundo trauma en la pituitaria amarilla.

Ahora que es casi imposible distinguir entre derecha e izquierda, ni entre sus patéticos subconjuntos disjuntos, si es que alguna vez se pudo, se promueven nuevos falsos conflictos tratando de confundir lo que se cuestiona con el modo en que se hace. Negacionismo y conspiranoia son enormes sacos sin fondo a los que los guardianes de la moral te pueden empujar sin escrúpulos científicos. El pensamiento crítico y libre es molesto, y no digamos el (revelador) pensamiento sistémico que tanto alcanza, pues suponen un tiempo y un esfuerzo que son más rentables si se mercantilizan. El pensamiento único traviste y se presenta como la confortable píldora del consensoSon tiempos interesantes en los que enunciar ciertas palabras va a ser de todo, menos popular, siempre que seamos capaces de mirar más allá de las distracciones dirigidas. El verano se está haciendo largo,...

 

Alejandro Floría Cortés

 

[1] La carencia material severa en niños, niñas y adolescentes alcanza cifras históricas en España (05/07/2023) https://www.plataformadeinfancia.org/la-carencia-material-severa-en-ninos-ninas-y-adolescentes-alcanza-cifras-historicas-en-espana/

[2] BAU Business as usual, Negocios como siempre

* Gracias a Alejandro Floría Cortés

ALEJANDRO FLORIA CORTÉS
ALEJANDRO FLORIA CORTÉS

 

mancheta junio 23