La marea blanca y sus contradicciones: ¡Las luchas no se pueden despolitizar! - por Maribel Santana
La marea blanca y sus contradicciones: ¡Las luchas no se pueden despolitizar! - por Maribel Santana, activista, historiadora
Preparándose estaban desde hacía un tiempito, las trabajadoras y los trabajadores de sanidad, porque como sabemos todo el mundo, la reacción opresora de los dueños de los medios de producción cada vez es mayor y más dura y los políticos, a través de sus partidos, esos que se turnan para gobernar sirviéndole a los citados dueños, siguen apretando con descaro en todas las esferas desde el poder que le delegan las masas trabajadoras y populares. Unas masas que ya no pueden seguir aguantando.
No vamos a repetir cómo cuándo y dónde están en este caso los fallos, los recortes, los pocos recursos materiales y humanos, que son sustituidos para atender a los enfermos urgentes por videoconferencias y otras locuras, como verbalizan tanto trabajadoras y trabajadores de la Sanidad como pacientes, porque ya es una fiesta diaria, que no para y todas sabemos sobre este asunto de la sanidad y sobre tantas necesidades cuya atención se ha ido desmantelando, poco a poco, dejándonos sin lo más elemental.
Por un lado tenemos a las y los médicos:
Todas sabemos que son un grupo de presión que pueden echar estos pulsos, sabemos que son una pequeña “clase media” y que en sus reivindicaciones se les hace caso muchas veces.
Desde luego, no sé cómo se las arreglan para ser en buena parte votantes del PP y del PSOE y en menor medida de otros partidos más a la izquierda.
Pero también sabemos que aunque así sea y crean que ellas y ellos son la sanidad y el resto otra cosa, cuando que todo el personal, desde quien limpia, hasta los q más altos escalafones de la labor sanitaria son imprescindibles.
Digo, aunque así sea son personas trabajadoras al fin y a la postre, y tenemos que defenderlas porque tenemos más conciencia política que muchísimas de ellas. Tenemos sí, que defender a todas las personas trabajadoras que son las que transforman el mundo y hacen posible que la rueda siga.
No solo les apoyamos por ser clases trabajadoras - cada vez con menos poder adquisitivo, pues hay mucha gente con salarios de risa a pesar de que son profesionales superiores pero precarizados cada vez más - y esto les lleva a bajarse de la nube ideológica y cultural creyendo que por ser profesionales, son harina de otro costal y que currantes son otras. Son las más avanzadas, de todas formas las que están moviendo sus reivindicaciones.
Son trabajadores y trabajadoras aunque con mejor remuneración que el resto y son quienes que nos salvan como pueden y con su esfuerzo de la catástrofe de las privatizaciones, porque de lo contrario acabaríamos muriendo como perras. Porque la sanidad privada no está hecha para curar y mejorar la vida, sino para sacar dividendos sin consideración alguna, con el dinero desviado desde la sanidad pública.
Por otro lado están las y los pacientes.
Los llamados “usuarios”, porque el neoliberalismo se inventa los conceptos para desviar el verdadero problema y ocultar que son las clases pobres, que enferman por las malas condiciones laborales y de vida que impone el patrón. Eufemismos, que no falten.
Pacientes de clases populares en su absoluta mayoría, que sufren los recortes y los palos que les van dando los explotadores y quienesles sirven. No tienen, como las y los médicos recursos para organizar una lucha de esta medida y se van pudriendo poco a poco y muriendo en esas listas de espera y en las residencias de mayores (como lo que ocurrió con la pandemia, con la criminal de Díaz Ayuso imponiendo que los dejaran morir porque total son viejos y pobres).
Los sindicatos, más de lo mismo, unos más vendidos, otros perdidos dentro del capitalismo no hacen lo que deben.
Lo que me preocupa de todo esto es que la derecha y la reacción culpan a los partidos y otros movimientos así como a las trabajadoras y los trabajadores de sanidad de estar “politizando las reivindicaciones.”
Pero me preocupa más aun ver cómo están librando esta batalla contra la masacre de lquienes mandan en la comunidad de Madrid hace ya muchísimos años, porque les da miedo contestar que sí es una cuestión política.
A ver, toda lucha contra los explotadores es una lucha o reivindicación política. ¿Què es entonces, acaso un pulso personal o caprichos culturales?
¿No es por una política económica de clase determinada? La comunidad de Madrid en manos de los fascistas, franquistas neoliberales ¿No son políticos y dan respuestas políticas? ¿o son un grupito de toletes sin más razón?
Juan Lobato Gandaria, el que fuera alcalde de Soto del Real y secretario general del PSOE en la comunidad de Madrid además de portavoz del grupo parlamentario dijo lo siguiente: “Es que se lo estuve avisando a la señora Ayuso que arreglara el problema y no me hizo caso”.
¿No vemos ahí de que son todos iguales, que no quieren demostrar que es una cuestión política, porque cuando les toque gobernar turnándose hacen la misma política?
El resto decía “Ayuso dimisión”, Juan Lobato que “arregle el problema” Le quita el carácter político de clase para disimular y lo deja como si fueran acciones personales de cada político o política que se enrolla mejor o peor.
Nadie, ni en los programas de la tele con respecto a esta lucha, habla de la gente vieja asesinadas en las residencias, que por tanto tendría que estar en la cárcel la culpable.
Esa es la pena y las desviaciones de las luchas, dejándolas como una salida de voluntades personales, cuando es todo lo contrario, es la lucha contra la exigencia de los ricos de terminar con todo lo público para su beneficio. Se quita y oculta el carácter de clase que tienen los acontecimientos.
Tendríamos que contestarle a los fascistas de la comunidad de Madrid: ¡Claro, frente a su política, enfrentamos nuestra política!
Da pena la despolitización de las clases trabajadoras en general. Espero que aprendan a situarse en como son las cosas y que no caigan en la estupidez de estar defendiéndose como gato panza arriba diciendo: la lucha que hacemos no es política ni ideológica. ¡Es ridículo!
Y esto es lo que nos enseñan los políticos y sindicatos que tenemos, defender a la gente de arriba engañando a la gente de abajo con los mensajes y conceptos duicificados, adaptados a su necesidad explotadora, desde las escuelas posmodernas neoliberales.
Espero que termine con un buen pulso y que caigan cabezas y no se quede todo en cuestiones de ratios y otras medidas urgentes cortoplacistas, porque si no todo acabará como el rosario de la aurora.
¡Viva la lucha de los trabajadores que es una lucha política por sus necesidades!
* En La casa de mi tía por gentileza de Maribel Santana