Más turismo que es la guerra 2.0. FITUR vuelve a la carga - por Federico Aguilera Klink
Más turismo que es la guerra 2.0. FITUR vuelve a la carga - por Federico Aguilera Klink *
Hace 22 años escribí un breve texto titulado “Más turismo que es la guerra”, publicado por la Fundación César Manrique en el libro “Lanzarote: el papel de la crisis”. En ese texto comparaba la lógica de seguir trayendo más turistas a Canarias con la lógica que aplicaba Groucho Marx en el “Oeste” al ir destrozando el tren en el que viajaba para alimentar la caldera de la locomotora con tal de que el tren siguiera su carrera y Groucho pudiera recuperar el plano de un tesoro.
Entiendo que hemos tenido tiempo de reflexionar y comprobar los costes sociales que genera este modelo turístico-inmobiliario y de darnos cuenta de que sus beneficios, por mucho que repitan los empresarios turísticos y “sus” políticos, son menores que esos costes sociales y, además, se reparten de manera injusta y desigual.
Pero los que mandan de verdad insisten en más de lo mismo. Como decía en ese texto,
“En definitiva, el único objetivo bendecido por políticos y empresarios, en este lejano Oeste del turismo que es Lanzarote y que es Canarias, consiste en el crecimiento turístico, es decir, en que la locomotora corra cada vez más y en que nunca se pare. Más, significa más vuelos con más turistas, más hoteles y apartamentos, más coches de alquiler, más residuos, más congestión, más “consumo” de espacios naturales, y más y más y más ...combustible para la locomotora. Y ese combustible no es otro que el deterioro continuado de cada isla porque, en el fondo - cuando nos atrevemos a reconocer de verdad qué es lo que está pasando y apartamos las ramas y flores de plástico que constituyen las declaraciones tan rimbombantes como inútiles de espacio natural protegido o de Reserva de la Biosfera, entre otras – lo que vemos es que cada isla es considerada simplemente como un vagón más de madera que puede ser utilizado como combustible inmediatamente o como un simple solar al que los fogoneros- promotores-especuladores están deseando urbanizar o “desarrollar ecológicamente”. Sin embargo, la realidad es incontestable, el crecimiento turístico sólo es posible porque el precio que pagan los turistas por sus desplazamientos, incluido el transporte en avión, es mucho menor que los costes sociales inconmensurables que generan esos desplazamientos y que habitualmente son ignorados aunque, a veces, se intentan financiar con fondos públicos lo que, paradójicamente, exige un mayor crecimiento del turismo que aporte esos fondos.”
Pero la realidad es que todo sigue igual o peor. Ahora, FITUR es un buen ejemplo de ello, los representantes políticos de Canarias se ufanan de mostrar que no van a cambiar el modelo económico-turístico sino que buscan que el turismo siga creciendo (lo llaman recuperación pero señalan que las aerolíneas han programado un 22 % más de plazas que antes de la pandemia) eso sí, “aspirando a más sostenibilidad ambiental”, es decir, usando el habitual comodín del lavado verde para no cambiar nada pero aparentando hacerlo.
Sin embargo, estos presuntos servidores públicos ignoran el contexto de cambio climático, ignoran la guerra de Occidente contra Rusia, que puede ir para largo y/o afectarnos de manera inimaginable en cualquier momento, pues el jefe de las fuerzas nucleares de EEUU, general Charles A. Richard ha afirmado que la guerra de Ucrania es solo un calentamiento para luchar contra China, por si no queríamos verlo. No tiene nada que ver con una supuesta agresión de Rusia a Ucrania, como nos llevan mintiendo desde hace tiempo.
http://space4peace.blogspot.com/2022/11/stratcom-admiral-richard-ukraine-is.html?m=1
Así pues, nada de diversificar la economía, nada de PENSAR en modelos diferentes para distintas islas (Gomera, Hierro, La Palma, visto el desastre ambiental y social que son las otras), nada de potenciar la agroecología, las cooperativas de producción agroecológica y de distribución al servicio de los consumidores (de su salud) y del territorio. Al contrario, se insiste, implícitamente, en que todas sean “vagones a destrozar de manera sostenible”, con las consecuencias ya conocidas. Esto quiere decir que se tratará de impulsar la construcción de hoteles, carreteras, puertos,…etc. así como la importación de alimentos, rechazando la posibilidad de reforzar un mínimo de soberanía alimentaria sana.
Y eso, a pesar de que el plátano no es una solución sino que es un serio problema….que no se quiere abordar pues: a) mantiene un enorme tinglado de subvenciones injustificadas (e injustas) a la vez que b) permite “justificar” unos precios artificialmente elevados del agua de riego y c) impide deliberadamente el cambio hacia una agroecología que, como señala Antonio Turiel, es una necesidad imperiosa. La cuestión es ¿Para quién?
Y digo que se tratará porque no es factible seguir creyendo que esto puede continuar así mucho tiempo. La guerra está ahí, al lado, España está metida en ella, suministrando armas y entrenamiento a Ucrania, igual que el resto de Europa (nuestros principales “mercados” turísticos) y el petróleo, el gas y los alimentos importados no van a seguir fluyendo como hasta ahora, por lo que parece sabio y razonable empezar a cambiar ya que se nos hace tarde y nos vamos a quedar colgados y algo más. Y, por si no nos queda claro dónde estamos y de lo que puede venir, muestro las declaraciones del canciller alemán Scholz en Davos y las de Kirill, patriarca de la iglesia ortodoxa rusa.
Claro que los que mandan de verdad, nunca asumen sus auténticas responsabilidades y los que obedecen solo se arriesgan a perder elecciones hasta otra oportunidad. Son peones intercambiables. En cuanto a los asesores de ambos, da la impresión de que están, deliberadamente, ciegos a todo lo que no sea obedecer. Ese es su trabajo. Están bien enseñados. Así estamos.
* En La casa de mi tía por gentileza de Federico Aguilera Klink
