Si me preguntas el porqué de la desafección política de la sociedad, yo te contesto - por Antonio Criado Barbero

Si me preguntas el porqué de la desafección política de la sociedad, yo te contesto - por Antonio Criado Barbero, socialista de Utrera
Indiscutiblemente cuando yo veo sufrir al pueblo ucraniano yo sufro con ellos al igual que sufro cuando veía y veo sufrir a los pueblos sirio, saharaui, palestino, yemení, afgano, etc.
Cuando desde las cadenas de TVs me pasan una y otra vez imágenes interesadas o manipuladas de bombardeo sobre las ciudades ucranianas, a mí no me pueden impedir que mi mente me traiga desde la niña vietnamita corriendo desnuda y quemada por el NAPALM de EE.UU, a Aylan el niño sirio ahogado en la playa de Ali Hoca Burnu de Turquía.

Cuando desde los poderes que manejan el Mundo se trata e manipular a las sociedades con mensajes subliminales interesados, corren el peligro de que algunas personas se acuerden de holocaustos, crímenes de guerra , torturas o genocidios generalizados contra hetnias o países, a cambio de saqueos de materias primas de esos países. Ejemplos Gas, Petróleo, Diamantes, Cadrnio, Oro, Telurio, Cobalto, Litio, Coltán...
Hoy, viendo una actuación de un grupo de ballet en un programa de TV, donde con una coreografía muy buena, se veía el sufrimiento de los niños ucranianos, como no podía ser menos. yo me emocionaba pero inconscientemente, estaba viendo gentes corriendo por Guernica , por las carreteras de Málaga (La Desbandá) aquellos cazas F5 yanquis esparciendo NAPALM por Camboya o esas bombas de racimo cayendo sobre Siria, Líbano, Afganistán o Vietnam.
Yo pregunto ¿Por qué no se para esta guerra o por qué no se evitaron otras, cuántos millones de ganancias no hacen falta, para etiquetarlas de guerras humanitarias o guerras impías?
Por mucho que nos quieran manipular hoy, si queremos saber la verdad lo tenemos ahí, solo es necesario saber escoger entre la prensa basura y la noticia veraz. Basta ya de hipocresías interesadas y bastardas, no hay guerras buenas y otras no. Las guerras son todas crueles, donde unos señores de otros países se pelean por el dominio geopolítico de las materias primas y del territorio. Montan esas guerras monstruosas, que ni ellos ni sus hijos las padecen, porque siempre, siempre, el que paga con su vida, sangre y dolor es el pueblo llano, para luego sufrir las consecuencias durante décadas.
Basta ya de blanquear los negocios de las guerras creadas por la industria de las armas. En una visita mía a los campamentos saharauis de Tifariti, una comisión de Paz formada por varios países, Suecia, Suiza Alemania, recogimos del terreno más de 2.000 bombas mina, que se explosionaron sobre el terreno guardando toda las medidas de seguridad. Más del 60% de aquellas minas habían sido fabricadas en España. La comisión redactamos allí en Argelia un informe que se entrego a Naciones Unidas ONU. Hay que recordar que estas minas las padecen sobre todo niños y niñas a quienes se les amputa piernas y otras partes de sus cuerpos.
Una inocente pregunta ¿Si esas minas, esas bombas de racimo, esas armas químicas son ilegales y están prohibidas por la Convención de los Derechos Humanos, por qué se fabrican en las Industrias de Estados Unidos, España, Rusia y otros países?. Son, junto a la trata de Blanca y la Droga el mayor negocio de la Humanidad.
Lo vuelvo a recordar, señores de la guerra: las guerras se evitan con diálogo entre personas sensatas y tolerantes que se sientan para evitarlas y como último recurso se envían fuerzas de interposición como los Cascos Azules. Pero nunca la solución pasa por armar a unos de los contendientes, animándolos a la guerra. No seré yo el que defienda a Putin y su aparato de guerra, pero tampoco se me verá defendiendo a Biden y sus industrias armamentistas ni a sus laboratorios, donde se manipulan virus y esporas mortales.
Lo que si se me puede ver es criticando poderosamente a los estados dominantes y a su brazo armado de la OTAN, herramienta imprescindible para que EE.UU nos tenga de perrillo faldero, defendiendo sus políticas expansivas y de saqueo por los países del Mundo.
Para concluir esta declaración de Paz y Antimilitarismo, decir que desde la caída del ejército nazi, en sus sueños de dominar el mundo, algunas mentes calenturientas siguen viviendo el mismo sueño de que unos señores bajo rasgos étnicos, algún día sometan al mundo copiando la historia de aquel formidable libro de Aldous Huxley , Un mundo feliz, dejando claro que feliz, para un diez por ciento de la población mundial y de horror y falta de libertades y derechos para el otro 90%.
* En La casa de mi tía por gentileza de Antonio Criado Barbero

