Republicanos vencidos - por Horacio Mora, concejal socialista de Ciruelos, miembro  de PLATAFORMA REPUBLICANA

 

 

Un recuerdo para aquellos
que su vida fue entregada
por la libertad de un pueblo
por ser iguales en esa España.

Lucharon y combatieron
sin apenas tener armas
combatieron y murieron
con la cabeza muy alta.

Unos grandes ideales
con ideas aventajadas
ideas que iban por delante
eran ideas republicanas.

Republicanos y soldados
republicanos y militares
hombres comprometidos 
personas de gran coraje.

Hombres, niños y mujeres 
padres juntos a sus hijos 
corrieron la misma suerte 
defendiendo en el mismo himno. 

Duros los años de guerra 
sin apenas poder comer 
años de lucha y entrega 
por una guerra injusta y cruel. 

Sin apenas un descanso
sin apenas poder dormir 
en trincheras vigilando 
debían sobrevivir. 

Luchar contra Franco 
fue una larga y dura tarea
fusiles en todo lo alto 
calles de sangre llenas. 

Sabían lo que se jugaban 
no podían por tanto perder 
mucho se les quitaría 
si Franco llegaba al poder. 

Perdieron por dividirse
no supieron entender 
a un ejército de gentes
teniendo el mismo interés. 

La guerra una odisea 
las cárceles aún peor 
penurias y penitencias. 
¡Cuánta muerte, cuánto horror! 

En cárceles reprimidos
más que cárceles basureros 
explotados y exprimidos
les trataron como a perros. 

Redimieron sus penas 
trabajando para Franco 
levantaron a esa España 
dividida en dos bandos. 

Trabajos realizados 
en pantanos y carreteras 
fueron trabajos forzados 
también en aquella cueva. 

La cueva de Cuelgamuros
la cruz en lo alto se ve
un capricho del Caudillo 
exaltación de poder. 

Lástima de aquel trabajo 
realizado por esas personas 
trabajaron sin descanso 
murieron con mucha honra. 

Republicanos vencidos 
republicanos inmortales 
maltratados y perseguidos 
por aquellos nacionales. 

Nacional significó 
defender a la patria 
nacional no seré yo 
y encarcelar por discrepancias, 
nacional no seré yo. 
¡Viva la República, la democracia! 

¡Viva la República, la democracia! 

 

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Horacio Mora Ortiz