Esta vieja sociedad, que sigue siendo la misma: no cambia - por Erasmo Quintana *

Ante los cuatro asesinatos a mujeres por sus maltratadores nada más empezar el año, el ministro de Interior Grande-Marlaska, ha convocado de urgencia una “Cumbre contra la violencia machista”, de la que solo conocemos que se dispondrá por ley que, una vez se sabe del maltrato a una mujer, se activarán de oficio los trámites pertinentes, aunque la víctima no lo denuncie. Es de desear que en esta ocasión los efectos sean más eficaces que la anteriores, como, por ejemplo, en 2017, que se convocó una Cumbre similar  con los pavorosos resultados que hemos seguido observando con terror.

Ninguna mujer parece estar segura cuando comparte su vida con un monstruo maltratador, capaz de asesinarla y hacerla pedazos, como si de un animal se tratara. Las noticias que saltan a todos los medios hoy en día son del tenor siguiente: “Agresión de una manada en Castelldefels.- Viola a una joven a la salida de la discoteca, a la cual subió al  coche y la atacó sexualmente en el domicilio del agresor, éste con 35 años.- Una mujer mata a su hijo tras dar a luz.- Hombre de 68 años está acusado de quemar a su mujer.- Joven de 16 años, agredida, escapó tras ser violada.- El pequeño Ángel, arrojado a un vertedero.-” De los cuatro asesinatos de mujeres, una de ellas fue en Tenerife. La última noticia es que un asesino ha cercenado las manos y decapitado a su compañera. ¿Qué, el hombre sigue creyéndose superior a la mujer? ¿Por qué permanecemos indiferentes cuando se dan estos casos tan horribles? 

La mitología griega, que no la romana, es la que mejor encaja en la cultura y costumbres nuestras hasta este siglo XXI. Después de ser dibujada psicológicamente por Eurípides, Medea es un personaje que suscita las simpatías del feminismo contemporáneo, porque, en un contexto marcadamente heteropatriarcal, Medea se rebela contra todos los hombres que la oprimen o traicionan, guiada por el amor que siente por Jasón. La Medea de Eurípides es un personaje sumamente complejo. Contrae matrimonio con Jasón, porque una hechicera la ayuda a conseguir el Vellocino de Oro, al tiempo que muy pronto su esposo la abandona. La locura por ello la lleva a asesinar a sus propios hijos, rompiendo de manera radical los tópicos sobre la maternidad.

¿No es esto, precisamente, lo que está sucediendo aquí y ahora en nuestros días? La humanidad ha avanzado pasos de gigante científicamente, mas no desde el punto de vista antropológico. ¿Qué diferencia hay entre aquel troglodita de las cavernas que arrastraba por el suelo a su mujer cogida de la cabellera porque esta no lo obedecía, y el hombre de la modernidad? Con el mito griego y el tiempo transcurrido en siglos, la relación de la pareja y el comportamiento machista ¿no es el mismo?  

Medea es autora de los actos más aterradores: asesina a sus propios hijos, por despecho, para castigar al hombre que la ha abandonado; mata a la nueva prometida de este y a su padre, resentida por haber sido desplazada; descuartiza a su hermano para escapar de una patria en la que se siente oprimida. El rey Creonte ordena que la joven hija de Edipo, Antígona, sea encerrada viva en una cripta. Ésta decide ahorcarse, como ya hiciera su madre, Yocasta, al descubrir sus años de incesto con Edipo. Hemón está secretamente comprometido con Antígona, y el joven no puede soportar la visión de su amante muerta cuando abre el sepulcro para rescatarla, y se suicida sobre su cuerpo. El mito de Medea y Antígona tienen parecido con el tratamiento que los hombres modernos dispensan a sus mujeres.

Como todo efecto tiene su causa, no andaré muy lejos si digo que ese partido pro-nazi que es Vox, algo tiene que ver en este incremento del fenómeno, pues no ceja de quitarle hierro a estos actos criminales que se cometen contra la mujer, por ser mujer. Su negacionismo llega a tan altos kilates, que lo justifican diciendo que la mujer no es la única maltratada en la relación de la pareja, pues también el hombre lo es en igual medida. Su fanatismo por negarlo todo lleva a este partido a hacer el más sonoro de los ridículos. Porque díganme, estimados amigos, si viéndolos tan tiesos y dignos en los escaños del Congreso alardeando de estar en posesión de la verdad absoluta, además son capaces de negar lo más evidente, esa realidad incuestionable que está a la vista y al entendimiento de todo el mundo. La verdad es que ese grupo atípico parece daltónico, que le impide ver con claridad la cruda realidad que se aprecia por el resto de la ciudadanía de este país.

Pero ese matiz no es lo único que caracteriza a este fenómeno pro-nazifascista. Lo más sorprendente es que con esta gente se hace realidad aquello de que nadie aprende en cabeza ajena del catastrófico pasado histórico, por lo que estamos todos condenados a repetirlo. Veamos lo exultantes que están en esa formación política por el gran predicamento de que gozan actualmente ellos en el franquismo sociológico.

* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana