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lunes, 29 de abril de 2024 14:44h.

Yolanda y los Podemoides - por Alejandro Floría

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Yolanda y los Podemoides - por Alejandro Floría *

 

La “izquierda” se lleva muriendo un par de semanas, quizás esta vez con un poco más de empeño que el de costumbre, a tenor de los titulares de múltiples artículos en forma de obituarios, epitafios e impugnaciones testamentarias. No faltan tampoco los evangelistas que, sobre la marcha, fundan ya la Nueva y Verdadera Iglesia de la Próxima Venida antes del previsible calvario y la improbable resurrección. Este grotesco espectáculo de personalismos, bien atizado y promocionado, debería de servir de estímulo, más que nunca, para ir más allá de lo que creemos conocer. Y es que aquí no se muere nada: tan solo sucede que una caterva de falsarios hace lo imposible por conservar sus posiciones acomodadas mientras culpan a la base social de la que carecen de ser idiotas políticos y de no querer o no saber votar.

No, no desaparece la “izquierda”, porque nunca la ha habido, sino aquellos que, tan imaginativamente, dicen representarla en algún lugar de un eje de abscisas, elemento cartesiano que, por sí mismo, ya introduce límites en lo políticamente posible. Atendamos un momento a este extracto del libro de Emmánuel Lizcano “Metáforas que nos piensan. Sobre ciencia, democracia y otras poderosas ficciones”

“… aquí consideraremos ideológico a cualquier conjunto de ideas y valores – y a los discursos y prácticas que los sostienen- orientado a:

1) presentar como universal y necesario un estado de cosas particular y arbitrario, haciendo pasar así cierta perspectiva y cierta construcción de la realidad – la que favorece una relación de dominio – por la realidad misma, y

2) borrar las huellas que permitan rastrear ese carácter construido de la realidad, de modo que tal presentación llegue a percibirse como mera y rotunda representación de ‘las cosas tal y como son’ de ‘los hechos mismos’.”

 

EMMÁNUEL LIZCANO

No entraremos en (sub)categorías que son, al fin y al cabo, meras variantes mercantiles, las “ideologías dominantes” y la polarización que propician definen dos zonas en el referido eje en torno a un presunto origen o punto de equilibrio… izquierda (¿negativo?) y derecha (¿positivo?) ¿Es posible trascender este constructo? Quizás tan sólo con observarlo podemos encontrarlo bien absurdo. Desde un punto de vista más práctico, nos centraremos en aquello de “los discursos y prácticas que los sostienen”.

En estos tiempos de pandemia de Dunning Kruger, de hiperinformación y de narrativas falaces y torticeras, ¿qué papel juega el discurso? Lo cierto es que vivimos unos días en los que cualquier pico de oro con carnet puede mentir, navegar en contradicciones, decir Diego donde dijo digo, mingitar sobre sus electores y que no suceda absolutamente nada salvo copiosas e improductivas emisiones de bilis en alguna red social que no llevan a ninguna parte.

EFECTO DUNNING-KRUGER
EFECTO DUNNING-KRUGER
YOLANDA URTASUN
YOLANDA URTASUN, LES ENCANTA ZELENSKY

Ahí tenemos, por poner un ejemplo, a una Yolanda Díaz que ha llamado a votar a Macron para ensanchar la democracia, que ha mostrado su admiración por las políticas sociales de Biden en Estados Unidos o ha aplaudidoagradecido a Zelensky su “gesto con la memoria democrática de nuestro pueblo” al “comparar la invasión rusa a Ucrania con el bombardeo fascista y nazi sobre Gernika” en la guerra civil. Así viene, y sólo de boquilla, la autoproclamada “izquierda transformadora” a la izquierda del PSOE: provocando un embotellamiento en la derecha del eje de abscisas y bloqueando lo poco que deja por detrás.

Así las cosas, podemos pensar que podrían ser las acciones, las prácticas, las políticas, las que nos permitan establecer algún distingo en la cosa ideológica y más ilustrativo que lo que se hace es, en muchas ocasiones, aquello que no se hace. Y es que el gobierno más progresista de la historia no va a pasar a la idem por haber derogado la ley mordaza, por haber abordado con rigor el problema de la vivienda, por haber combatido la inflación de forma eficaz, por tomarse en serio las advertencias de los científicos, por anteponer la sanidad y la educación públicas al envío de armas a Ucrania,... por no hablar de aquellos quiméricos papeles mojados de auditorías de deuda, des-privatizaciones o reformas fiscales, que tanto sedujeron, en su momento, desde el ínclito núcleo irradiador.

THOMAS SOWELL
THOMAS SOWELL

Dijo el economista Thomas Sowell en cierta ocasión que “es difícil imaginar una forma más estúpida y más peligrosa de tomar decisiones que poner esas decisiones en manos de personas que no pagan ningún precio por equivocarse”. Y en esta relación tóxica que es la democracia representativa tan grave es el error que emana de la incompetencia, o aquella disfunción inducida por la corrupción inherente al clientelismo, como la inacción más cobarde. Y de esto último tienen muchas explicaciones que dar los gerifaltes de la izquierda institucional.

En esta legislatura, que duda cabe, lo más cómodo es acudir al blame it on the Covid; no obstante, si en este país cotizase como corresponde el pensamiento libre y el espíritu crítico quizás se estarían reclamando las explicaciones oportunas sobre los fundamentos y las responsabilidades de esa gestión como ya está ocurriendo, especialmente, en los Estados Unidos y en el Reino Unido. Pero eso da para otro largo rato delante del teclado.

BLAME IT ON COVID

A estas alturas es evidente que no se han dado discursos y prácticas que sostengan un conjunto determinado de ideas y valores de “izquierdas” lo que ha tenido como consecuencia, primero, que en no pocas ocasiones sea indistinguible de aquella “derecha” y, segundo, y muchísimo más grave, que determinadas demandas imprescindibles como vivienda, alimentación, educación, sanidad, energía ¡o dignidad! se nos muestren como conflictivas.

Y es que, precisamente, apuntaba Holloway que “dignidad y capital son incompatibles. Mientras más avanza el caminar de la dignidad, más huye el capital. Cuando se levantan los indígenas, el capital huye. Cuando los obreros ocupan las fábricas, el capital huye. Cuando los estudiantes se rebelan contra la reestructuración de la educación, el capital huye. Cuando parece que un gobierno de izquierda podría introducir medidas que afecten las ganancias, el capital huye (y el gobierno cambia de opinión)

Encontramos en el espíritu libertario un cuestionamiento permanente que tanto se ha esforzado en ridiculizar y en criminalizar esta perversa modelización en torno a dos polos ficticios. Por algo será. Los que fían a la reforma de la leyes el mejoramiento de la vida y pretenden por ese medio un aumento de libertad, carecen de lógica o mienten lo que no creen, escribía Ricardo Mella Cea. Nada va a cambiar por añadir en los discursos palabras vacías que no llevan aparejadas acción o por arrogarse un potencial transformador para el que no tienen ni capacidad ni voluntad. Yolanda y los Podemoides sólo son los dedos acusadores que surgen de las cáscaras vacías de la invasión de los ultracuerpos.

YOLANDA Y PODEMOIDES
YOLANDA Y PODEMOIDES

Que necesitamos otra cosa es evidente y esta chupi-pandi neoprogre ya ha tenido el cuajo de enunciar que hace falta otro 15M. Quizás sí, uno en el que hubieran pasado las cosas de otra forma, que no faltaron signos premonitorios. No me resisto a imaginar, así, un feliz punto Jonbar en cada plaza, de pura justicia poética que, lejos de llevarnos a repetir todo indefinidamente, nos pudiese llevar por nuevos caminos por explorar: un Podemoide cogiendo el micrófono y llevándose un buen y oportuno zapatazo en la boca.

EL PUNTO JONBAR
EL PUNTO JONBAR

Me quedo aquí con estas palabras, también de Mella Cea (Solidaridad Obrera nº 4, Gijón, 25 XII 1909), que son un auténtico llamamiento a la responsabilidad politica personal que tanta falta hace: 

SOLIDARIDAD OBRERA GIJÓN
SOLIDARIDAD OBRERA GIJÓN

“¿Quieres cultura, libertad, igualdad, justicia? Pues ve y conquístalas, no quieras que otros vengan a dártelas. La fuerza que tú no tengas, siéndolo todo, no la tendrán unos cuantos, pequeña parte de ti mismo. Ese milagro de la política no se ha realizado nunca, no se realizará jamás. Tu emancipación será tu obra misma, o no te emanciparás en todos los siglos de los siglos”.

RICARDO MELLA CEA
RICARDO MELLA CEA

* Gracias a Alejandro Floría

ALEJANDRO FLORÍA CORTÉS
ALEJANDRO FLORÍA CORTÉS



 

 

mancheta ene 23