Activistas canarias despliegan una enorme bandera de palestina en la fachada de la Catedral de Canarias en Las Palmas de Gran Canaria

Denuncian de esta manera la posición equidistante de la Iglesia Católica con respecto al genocidio que realiza Israel con el pueblo palestino.

Los valores que promulgan los tienen silenciados y mirando para otro lado, en esta masacre, en donde en menos de dos meses los bombardeos constantes y la ingerencia en la pequeña franja de Gaza han provocado la muerte de cerca de 15.000 personas en donde la mitad son niñas y niños.

El ataque a la población civil en sus casas, en sus lugares de trabajo, en los centros de enseñanza, en donde se ha acabado el curso escolar porque ya son pocas las niñas y niños para continuarlo. Donde se han bombardeado hospitales, multiplicando así el sufrimiento de la comunidad. En donde las calles están convertidas en cementerios, con miles de cadáveres enterrados, que no se han podido rescatar para darle digna sepultura.

¡NO ES UNA GUERRA, ES UN GENOCIDIO!