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miércoles, 24 de abril de 2024 19:25h.

Carlos Soler, una excepción de varias clases, le gana una a la arbitrariedad de Coalición Canaria - por Chema Tante

 

FRASE TANTE

 

CARLOS SOLER

Carlos Soler, excepción de varias clases, le gana una a la arbitrariedad de Coalición Canaria - por Chema Tante *

Me avisa Federico Aguilera Klink de esta crónica que publica Eugenia Paiz en el DIARIO DE AVISOS, sobre la victoria final, total y absoluta de Carlos Soler sobre los gobiernos de la corporación empresaria llamada Coalición Canaria. Esa crónica es la otra de las excepciones que concurren en la figura de este tipo en verdad singular. Porque la corporación llamada Coalición Canaria tiene bien amarrados a los medios, que se ocupan de airear poco una noticia que pone en ridículo y en evidencia la gestión de una organización que utiliza la política como medio de beneficio particular, propio y de sus empresazas.

Carlos Soler, esta es otra excepción, aunque menor, porque hay por suerte muchos casos en Canarias, destaca, en el ejercicio de su profesión, y en la docencia. Solamente su protagonismo en el redescubrimiento de la Fuente Santa en La Palma sería por sí solo motivo para que Canarias le esté eternamente agradecida. Porque la Fuente Santa tiene un alto valor cultural e identitario, aparte de su potencial económico como atractivo turístico.

Pero, aquí ya nos encontramos con otra excepción menos frecuente, Soler es un profesional que no comulga con piedras de amoler y que no quiere plegarse a las ruindades con las que desde la administración pública canaria se amañan los contratos, después de adjudicarse, inflándolos hasta terminar con unos presupuestos de dimensiones de elefante, cuando fueron concedidos con tamaño de baifito. El ingeniero ejemplar se negó a jugarle el agua al aprovechado o aprovechada de turno y no aceptó una obra adicional que no se justificaba más que por la perras adicionales que suponía.

Y, vaya, otra excepción de las que pocas se encuentran, Carlos Soler se atrevió a restregarle por los besos públicamente al gobierno de Cc de turno -entonces era el del seráfico Paulino- que estaba engordando sin causa ni razón ninguna un proyecto. Además, la contestación del ingeniero Soler no se reducía al perjuicio financiero del atocinamiento del contrato, sino que advertía de que, suele ocurrir, las obras adicionales perjudicarían la calidad técnica del resultado final. Por aquel entonces, otros profesionales corroboraban las tesis de Soler, como el ingeniero de Minas experto en esas lides, Herminio Torres, que decía "Meter una tubería tan grande en la Fuente Santa es una barbaridad" porque se enfriaban las aguas que así, como advirtiera Soler, perdían propiedades.

El gobierno de Coalición Canaria, que ni entonces ni ahora ni nunca hace nada excepcional, porque siempre actúa con el mayor rencor hacía quien intente jeringarle el negocio, condenó a Soler al ostracismo personal y laboral, mandándole a trabajar en algo de lo que el hombre no tenía ni idea, como es la administración de Tributos. Una manera como otra cualquiera de aburrirlo y obligarlo a mandarse a mudar.

Soler, por el contrario, demostró otra de sus excepciones, iniciando una peripecia judicial que todo el mundo sabe que no es precisamente agradable.

Soler ganó en el Superior de Justicia de Canarias, que le reconoció rotundamente la razón. Pero qué va; la chusma de la Coalición poco canaria no se resignó y uniendo la contumacia a la contumelia, recurrió ante el Supremo. Un recurso que no ha servido más que para confirmar que Soler es un tan insigne profesional como honesto funcionario y, de rebote, para descubrir otra de las malas mañas de los gobiernos donde mete la mano la gente del partido que hoy lidera el genuflexo Clavijo.

Y yo me pregunto si las fiscalías y tribunales, que tanto esfuerzo ponen en golisniar por las redes sociales para detectar delitos a menudo poco trascendentes, no se enteran de que por todas las islas los presupuestos públicos son presa de la codicia de ciertos bandidos que se encaraman en los gobiernos, el nacional canario, los insulares y lo municipales, para salir con el zurrón de las perras repleto, caminito de la guarida fiscal que convenga. Porque lo que denunció Soler en la Fuente Santa, eso no es una excepción. Eso, y lo que el expresidente canario, Ppero, por más señas, Fernando Fernández contaba del “tres por ciento” (que yo digo que en las islas llega al veinte) es lo que explica el afán constructor, la obsesión por adjudicar contratos de obras que impregna toda la gestión pública canaria. De las leyes del Suelo o Islas Verdes, a Tindaya o Granadilla, de las carreteras estrambóticas, los trenes o los tranvías a los auditorios o toda suerte de obras, la caja del dinero público sufre cargas exageradas y el pueblo canario pierde una millonada que tanta falta hace para aliviar todo el sufrimiento de esa mayoría que no está invitada a la mesa de los señores.

Quien quiera conocer la odisea de Soler, puede visitar esta valiosa página CORRUPCIÓN EN EL VALLE.

http://www.lapalmacorrupcionenelvalle.com/casosoler.html

http://diariodeavisos.elespanol.com/2017/12/carlos-soler-los-politicos-no-pueden-callar-silenciar-los-funcionarios/

 

Lo escribió y lo ratifica Chema Tante

CHEMA TANTE