Ya escuchamos las palabras, veamos ahora los hechos - por Chema Tante

Como ya no se puede hacer lo que hacía su admirado dictador, meter a los rivales en un avión y hacer que éste se caiga, los actuales aspirantes a la Jefatura Nacional del Movimiento, los camaradas (entre ellos, claro y aunque lo disimulen) Casado y Abascal, Abascal y Casado, se han enzarzado en una vistosa pelea parlamentaria.

Tan vistosa que, en tanto la facistada más parda babeaba con las arengas de su Caudillo Abascal, la derecha acomodaticia, oportunista, siempre a la espera de la oportunidad rapiñadora, se regocijaba con la nueva estrategia de su líder Casado, que creen que les pone en el camino de lo que quieren, llegar cuanto antes a La Moncloa, o al menos, a sus jardines. Antes, desde luego, lo antes posible, para llegar a tiempo de meterle mano al Oro de Bruselas que tiene que venir, a ver si se conjura la revolución total que puede llegar como la crisis siga.

Pero quienes han llegado al arrobamiento absoluto son las mentes cándidas, las gentes que se tragan cualquier píldora que se les administre con brillantes maneras. Sin embargo, quien se crea que Casado ha encontrado el camino a la democracia, a la cordura, se equivoca. Casado es un oportunista taimado que dirá -no hará- lo que crea necesario para conseguir ese objetivo, entenderse con el PsoE, bien por acuerdos parlamentarios, bien por la Gran Coalición para la que Aznar y Felipe González tienen ya el espumoso al frío. Pero, por supuesto, acuerdos, sin Podemos, o Gran Coalición, solos tú y yo, amor mío.

Eso es lo que busca Casado. Lo que quiere Casado es que le crean que está contra VOX y que está contra el entendimiento. Pero si fuera verdad, no seguiría arrejuntado con VOX en Madrid, Murcia y Andalucía. Todo lo demás, no es sin quedarse en las bonitas palabras.

Lo dice y lo sostiene Chema Tante