Jordi Sevilla, infecto economista mercenario del neoliberalismo, después de contribuir a tumbar la dignidad socialista de su partido. Del 135 de la Constitución, a las cláusulas suelo. Un camino entre el lodo. Dorado, pero lodo.

Antonio Aguado pone su puntero encima de esta información de PÚBLICO, a partir de un texto de Agustín Marco en EL CONFIDENCIAL, sobre un hecho que, a mí Chema Tante, personalmente, me ha agregado una buena porción nueva a mi ya incontenible indignación. Cólera, calentura, cabreo, ira exasperada, por lo que está pasando en este estado de derecha, por culpa de la gente heredera del franquismo, sí, pero también por ese otro gentuallo que osa llamarse "socialistas" o, al menos militar en un partido que así se denomina, pero personas que actúan, sin ponerse ni coloradas, en favor del más crueel y delincuente neoliberalismo. Que el Jordi Sevilla, el bribón que enseño economía a Zapatero "en una tarde", y así nos fue, se pone, tarifando, al servicio de un banco -mi teclado se niega a chingarse transcribiendo su inmundo nombre- más de ese cartel del delito y la usura, perpetrador de la estafa billonaria que ha destrozado las vidas y haciendas de toda una generación en los pueblos que gemimos en este estado de derecha. Después de que las sentencias judiciales, las pocas que guardan un mínimo de decencia, les han dicho que las cláusulas suelo eran y son una indedecencia, estos rufianes del abuso financiero se parapetann y se niegan a devolver lo robado. Y que venga Paco gonzálezz a decirme que no. Maná'jediondos, que diróa Pepe Monagas.