En PÚBLICO, el presidente de EUROPA LAICA, Antonio Gómez Movellán destaca esta nueva prueba del inmovilismo de un Gobierno autodenominado Progresista, pero que mantiene las propuestas básicas de la derecha retrógrada, en este caso, en materia educativa. El artículo que señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, desgrana todos los fallos estentóreos de esa nueva ley que deja igual todos los aspectos fundamentales en la enseñanza. Y yo, Chema tante, insisto en que toda renovación en la educación en este estado español tiene que iniciarse por la supresión absoluta del modelo de concertación. La concertación, en la educación, como en la sanidad, se adoptó en tiempos en que las estructuras públicas, deprimidas por los años de dictadura expresa, no estaban en condiciones de satisfacer la demanda. Pero ahora, no porque la democracia haya llegado, sino porque el turismo y la Unión Europea suministraron recursos, el estado puede cubrir todas las necesidades. Buena prueba de ello es la ingente cantidad de recursos públicos que se derivan a esa forma solapada de privatización que es la concertación. Y otro capítulo aparte merece la cuestión de la enseñanza religiosa católica. No se entiende que una población multiconfesional en buena parte y agnóstica, en otra también notable, tenga que sostener la educación de una sola iglesia.