Guerra de Ucrania, las sorprendentes declaraciones del coronel yanqui Douglas McGregor - por Francisco Morote, de Attac Canarias, sobre un vídeo ofrecido por Atilio Borón

"La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero", decía Antonio Machado. 

Quien la dice, esta vez, a propósito del conflicto, invasión y guerra de Ucrania,  sin tapujos, con una franqueza y sinceridad desusadas es el coronel del ejército de los Estados Unidos Douglas Mcgregor, cuya biografía pueden ver en la wikipedia: 

Sus sorprendentes declaraciones sobre lo que está pasando en Ucrania y sus causas las pueden escuchar en el enlace que adjunto:

https://atilioboron.com.ar/coronel-de-eeuu-dice-lo-que-nadie-quiere-escuchar-sobre-la-guerra-en-ucrania-imperdible/

El coronel habla sin pelos en la lengua y compara, comprensivamente, la reacción rusa ante la eventualidad de que la OTAN, instalada en Ucrania, albergase misiles nucleares estadounidenses que pusieran en riesgo la seguridad de Rusia, con la reacción de Estados Unidos al descubrir, en 1962,  que la Unión Soviética había instalado misiles nucleares en Cuba que amenazaban la seguridad de los EEUU. 

Por cierto, es lo que escribí no hace mucho en el artículo: "¿Qué está sucediendo con Ucrania?".

https://www.eldiario.es/canariasahora/canarias-opina/sucediendo-ucrania_129_8779625.html

En fin, ni reconstrucción del Imperio zarista, ni reconstrucción de la Unión Soviética, como dice la propaganda de la Guerra Fría 2.0. contra Rusia elaborada en los laboratorios de ideas occidentales, simplemente una jugada intolerable, para EEUU en 1962 y para Rusia en 2022, en el interminable y lamentable Gran Juego de la Geopolítica entre superpotencias rivales que ponen a la humanidad al borde del apocalípsis nuclear.

Una última observación. El término yanqui no es peyorativo. Lo usó, nada más y nada menos que uno de los grandes escritores que ha dado la extraordinaria literatura estadounidense, me refiero, naturalmente, a Mark Twain y a su inolvidable "Un yanqui en la corte del rey Arturo".

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Francisco Morote