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domingo, 28 de abril de 2024 18:38h.

No lo llame loco, pibe, llámelo libertad - por David Torres

 

FR D T
Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, recomienda este artículo de David Torres sobre lo que yo Chema Tante, digo que es el nuevo absceso del pus fascista mundial que se está desarrolladno en Argentina

No lo llame loco, pibe, llámelo libertad - por David Torres, PÚBLICO

 

El ultra Javier Milei (c), candidato presidencial de la coalición ultraderechista La Libertad Avanza. EFE/Enrique García Medina
El ultra Javier Milei (c), candidato presidencial de la coalición ultraderechista La Libertad Avanza. EFE/Enrique García Medina

El desánimo, el rencor, el hartazgo, la desesperación: son muchos los motivos por los que los votantes deciden prescindir de los candidatos tradicionales y apostarlo todo a un botarate. Lo vimos con Berlusconi, con Trump, con Ayuso, con Bolsonaro y con Boris Johnson, entre muchos otros y otras. Sin embargo, nunca hay que descartar a esa gente que vota simplemente con la idea de pasar un buen rato, de ver a un tipo o a una tipa hacer balconing y pegarse una hostia desde lo alto de una legislatura, aunque el salto ajeno le cueste el trabajo propio, la pensión o la vida. A estos kamikazes de la política se los reconoce de lejos, bien por los peinados inverosímiles, bien por los ojos enloquecidos, como si la presión de las ideas de bombero que guardan entre las sienes tuviera que escapar hacia el exterior de la cabeza a tirones y de cualquier manera. A menudo el circo de la democracia consiste en elegir al mejor saltimbanqui o al mejor payaso, con el riesgo añadido que tienen los payasos de acabar unos como el Joker, otros como John Wayne Gacy.

JAVIER MILEI
JAVIER MILEI

En Argentina, después de una serie de esperanzas fallidas y de tiros en el pie, ha aparecido uno de estos vendedores de crecepelo con todos los síntomas reconocibles y alguno más de propina. Al oír los discursos del diputado de La Libertad Avanza, reciente vencedor en las primarias argentinas, Javier Milei, al verlo hablar y gesticular, bamboleándose entre esa cabellera en suspensión y esas pupilas demenciales, la impresión es la de estar ante un monologuista pasado de anfetaminas. Esa raigambre cómica colea desde hace un siglo: en el bigotito de Hitler que Chaplin aseguraba que le había copiado, en el labio simiesco de Mussolini que se reencarnó en la boca de Donald Trump, desperdigándose luego en docenas de dictadores –Franco, Videla, Pinochet, Kim Jong-un— que parecen bufones fracasados. En Milei la apariencia de locura es tan verosímil que lo han apodado precisamente "el Loco".

JUAN LUIS GONZÁLEZ

El loco, la biografía de Juan Luis González dedicada a la espectacular irrupción de Milei en la política argentina, se abre con una historia digna de figurar en cualquier novela del realismo mágico latinoamericano. Milei no podía soportar la muerte de su mascota, un mastín llamado Conan, y llamó a una espiritista de animales para contactar con el espíritu de su perro. Mientras su hermana Karina se ejercitaba en el difícil arte de interpretar los ladridos del más allá, Milei pagó cincuenta mil dólares a un laboratorio estadounidense con el fin de clonar a su querido mastín. Al final descubrió que Conan había ido a sentarse a los pies de Dios, quien le dijo que su amo terrenal estaba destinado a llegar a la presidencia de Argentina.

El libro indaga en la financiación recibida por parte del todopoderoso empresario de origen armenio Eduardo Eurnekián, así como en sus sospechosas relaciones con el peronismo del que abomina y hasta con barrabravas acusados de asesinatos, pero es difícil que remonte esa sesión de espiritismo canino que lo emparenta con las páginas más delirantes de Yo, el supremo y de El otoño del patriarca, por no hablar de la propia historia de Latinoamérica. Al despertar después de sufrir un coma de varias horas, Francois Duvalier –más conocido como Papá Doc, el sanguinario sátrapa de Haití—ordenó arrestar a su sucesor en el cargo, Clement Barbot, y dado que los Tontos-Macoutes no lo encontraban y sabían cómo se las gastaba su jefe, le aseguraron que se había transformado en un perro negro. En consecuencia, Duvalier ordenó matar a todos los perros negros de Haití. Por ahora, el esperpento de Milei no llega a tanto, pero hay que reconocer que apunta bien alto. Aparte de sus propuestas para el libre comercio de órganos y la desaparición del aparato estatal –excepto las fuerzas policiales—, ha formado con la ayuda de su hermana un consejo de asesores exclusivamente formado por perros en los cuales se han reencarnado varios economistas recientemente fallecidos. No lo llame loco, pibe, llámelo libertad.

* Gracias a David Torres, a PÚBLICO y a la colaboración de Antonio Aguado

https://blogs.publico.es/davidtorres/2023/08/16/no-lo-llame-loco-pibe-llamelo-libertad/#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4x15-t1;mm=mobile-medium

DAVID TORRES
DAVID TORRES
PÚBLICO

 

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mancheta junio 23