Lo que diga el titular desde su cátedra es de su propia responsabilidad. Pero una consejera debe medir lo que larga en los medios. Un personaje que arrastra el pesado lastre del paro heredado, que ha hecho engrosar con su monumental incapacidad, no puede hablar de "objetivos". Un personaje que tiene en el paro a más de la mitad de los y las jóvenes en edad laboral, no tiene derecho a llenarse la boca con bellas palabras. El empleo no se creará en Canarias, ni para jóvenes ni para nadie, solamente alegando fatuidades. Creo que es lícito reclamarle a una prestigiosa universitaria algo más de rigor. En lo que dice, y en lo que hace. Al otro, ya ni se le pide, ni se le espera.

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