Buscar
sábado, 18 de mayo de 2024 06:59h.

8 de Marzo, sí un homenaje, no una celebración - por Ana Vega

Día 8 de Marzo, sí es un día para recordar y no olvidar, pero no es un día para celebrar, porque los asesinatos jamás son motivo de celebración. Un día para recordar la muerte de 146 mujeres calcinadas dentro de una fábrica por reclamar sus derechos.

8 de Marzo, sí un homenaje, no una celebración - por Ana Vega *

En estos días mi amiga y compañera Amparo Romero, filósofa y activista feminista escribía en su muro cómo tuvo que recordar el porqué esa fecha estaba marcada en nuestra historia.

Me tocó una vez más hacerle ver que era una fecha en la que la sociedad, o una parte de ella, se habían empeñado en utilizarla como un día de risas y fiestas.

A ella le parecía impensable que no se supiera en cada rincón de la tierra el motivo de día tan señalado.

Pues bien, a día de hoy se sigue erre que erre tomándolo como el día en que muchas mujeres salen de sus casas a cenar, dejando a sus parejas, ( quien las tenga ) a cargo de sus hijas e hijos (quienes tengan, también ).

Pero éste es un día para recordar la muerte de 146 mujeres calcinadas dentro de una fábrica por reclamar sus derechos.

Gracias a esos trágicos sucesos y a las consiguientes manifestaciones que se llevaron a cabo posteriormente, a día de hoy, aunque quede mucho por conseguir, las mujeres estamos trabajando, con unas diferencias salariales más que notables de cara a los hombres. Y sin olvidarnos de esos países en que las mujeres siguen siendo esclavas de sus amos.

No voy a profundizar, porque prefiero que esa parte la escriban esas mujeres que están muchísimo más preparadas que yo para poder hablar con datos en la mano también.

Pero voy a contar una breve historia:

Allá por los sesenta  nacían dos niños. Mejor dicho, un niño y una niña.

Su infancia más temprana no fue la de cualquier recién nacido con una madre que les amamantara, cantara nanas y les enseñase a ir creciendo.

Nacer en aquella época todavía seguía teniendo unos considerables riesgos y en este caso así fue .Os podéis imaginar el desenlace.

Crecieron juntos hasta que llegó un día en que la niña era separada de su hermano.

Supuestamente esa separación estaba pensada y más que pensada para que la niña pudiese prepararse académicamente, pero lejos de su tierra.

Dicen que esa separación fue más que traumática, teniendo en cuenta que ellos llevaban unidos desde la gestación y fueron separados cuando contaban tan solo diez años de edad.

Todo lo que estaba planificado se fue al traste porque la niña lejos de criarse y aceptar las reglas del colegio de monjas al que fue enviada, creció convirtiéndose en una rebelde que decidió retar a quienes se empeñaban en hacer de ella la mujer que ni por asomo ella quería ser.

El niño creció y se convirtió en un hombre aparentemente más tranquilo y estable que ella, quien se convirtió en una auténtica inconformista que dicen quienes la conocen, que a día de hoy sigue luchando y enfrentándose a quienes se empeñan en marcar las reglas y se empeñan en tener a la sociedad arrastrada a sus pies.

Pasaron los años, casi medio siglo y, de manera casual, o no. a saber, esa mujer fue informada del porqué de ese "destierro".

No había razones de conducta, ni nada que propiciara esa marcha. Sólo existía una razón : Evitar por todos los medios que esa niña se convirtiera en la criada de un padre que había decidido casarse y cuya mujer parecía tener claro lo que quería para los dos niños:

Él iría al ejército para seguir los pasos del padre y ella sería la " chacha" a no ser que siguiera lel ejmplo de una familia en la que los hábitos y las sotanas tenían un espacio de auténtico protagonismo.

¿A qué viene esta historia?. Es simple. A día de hoy por desgracia en muchas familias todavía sigue arraigado ese pensamiento en el que el hombre es el que debe llevar las riendas de la casa, y las mujeres su papel está dentro de las cuatro paredes de una casa.

Claro que se ha avanzado, muchísimo. Pero no lo suficiente. Expertas y expertos en Igualdad pueden ratificar lo que digo.

Día 8 de Marzo, sí es un día para recordar y no olvidar, pero no es un día para celebrar, porque los asesinatos jamás son motivo de celebración.

* Publicado con autorización de la autora