A mi, Chema Tante, este episodio me sugiere dos líneas de reflexión.

Por una parte, se revela la mala idea de quienes se empeñan en desprestigiar como fuere un proyecto de organización política. Haga lo que haga Iglesias, siempre estará mal. Me hubiera gustado ver lo que diría EL PAÍS, si el líder de PODEMOS se hubiera largado de la cámara europea, como hizo otra gente de la izquierda. Pero, como se quedó, el titular del otrora ejemplo de mesura proclama: "Podemos jalea al Papa desde sus escaños en el Parlamento Europeo". Qué clase de mala intención.

Pero también hay que cavilar sobre el pragmatismo de Iglesias. La reluctancia incontenible hacia la jerarquía católica no puede hacer que se obvie el respeto a los millones de personas que viven su fe en esa confesión de manera honesta, sincera y, en muchas ocasiones, heroíca. Y tampoco ese rechazo a la curia debe nublar los nincuestionables esfuerzos que Bergoglio parece estar desplegando para cambiar las cosas. Por mucho que a uno le irrite todavía el recuerdo de Bergoglio y la dictadura argentia, lo cierto es que el tipo está ahí. E ignorarlo no va a hacer que siga estando ahí.El deber de la política, en especial de la izquierda, es cambiar las cosas que están mal, no limitarse siempre a la cuestión testimonial.

Por eso, yo estoy de acuerdo con lo que dice Lois:

http://tiempo.infonews.com/nota/138943/los-acuerdos-del-lider-de-podemos-con-jorge-bergoglio

http://www.sanborondon.info/content/view/65039/34/

Lo que comenta Claudi Pérez en EL PAÍS:

http://politica.elpais.com/politica/2014/11/25/actualidad/1416923242_164247.html