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viernes, 29 de marzo de 2024 07:41h.

La “Peste Blanca” del siglo XXI (James Petras)

JAMES PETRASEn traducción de César P. Guidini Joubert, REBELIÓN publica este extraordinario trabajo de James Petras, que recomienddan Luis Alsó y Francisco Morote, de ATTAC Canarias. Petras nos recuerda lo obvio: el neoliberalismo, el fascisvo del siglo XXI practica las mismas prácticas genocidas por todo el mundo, incluyendo, por spuesto, Europa y USA: el exterminio de las masas pobres. No se olvide que el neoliberalismo profesa la ley del más fuerte. Y que, históricamente,el capitalismo ha considerado que solamente tienen derecho quienes tienen dinero para pagarlo y que si no tenías ese dinero, no te cabía más derecho que el de trabajar. Pero ahora, cada día hace falta menos gente, porque las máquinas hacen gran parte del trabajo. Ergo, hay que liquidar gente. Petras escribe sobre cómo se conduce este genocidio real, por la vía médica y farmacéutica en USA, pero eso mismo tiene lugar también por otras vías, tanto allá como por todo el planeta.

 

En el concierto de los países adelantados de Europa y Asia los Estados Unidos pueden reivindicar la dudosa distinción de que cuentan con la tasa más elevada de aumento del fallecimiento prematuro de individuos jóvenes y adultos de extracción obrera y de clase media baja [iii] ; ese aumento de la mortalidad prematura no se registra siquiera en los países que no son tan adelantados, salvo en los tiempos de guerra. Tal devastación, que es exclusivamente propia de los Estados Unidos, se concentra en la población blanca, pobre y con escasos estudios que vive en los pueblos y ciudades pequeñas y en las regiones rurales.

La causa última de la descomunal alza de la mortalidad de obreros en los Estados Unidos es, ante todo, la decisión que tomó la clase capitalista de suprimir la atención médica general y en buenas condiciones de que gozaba el trabajador a la vez que se rebajaba el salario y se enviaban al extranjero muchos puestos de trabajo. Por esa causa, y en vista del descenso de su ingreso, el obrero no puede darse el lujo de pagar para sí y para su familia las sumas astronómicas que representan la prima del seguro de salud, la consulta al médico y la receta y la franquicia. Tampoco tiene para pagar la abultada factura de la “terapia física y rehabilitación” cuando sufre un accidente, todo lo cual explica que prefiera que le receten un analgésico narcótico gracias al que podrá soportar el dolor crónico [vi] mientras sigue trabajando.

https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226907

james petras