Es algo que los chapuceros tecnocrátas al servicio del ultraliberalismo no crearon, pero de lo que sí se han aprovechado. Las conquistas sociales obtenidas por las clases obreras en sus luchas han obrado el efecto negativo de acomodar a la gente. De los y las combatientes de antes, la gente que se preparaba y se organizaba, después de agotadoras jornadas de trabajo; que se empeñaba en la brega sindical, a riesgo de perder salarios y el puesto de trabajo; que peleó en guerras que soportó prisión, torturas y hasta la muerte, hemos pasado a ser lo que somos ahora. Una gente que nos negamos a ir a la huelga por no perder un día de salario. Una gente que acpetamos cualquier humillación, para defender el puesto de trabajo y el confort

http://blogs.publico.es/pablo-iglesias/291/quienes-son-los-de-abajo/