Una veintena de imputados sigue en las instituciones canarias
Y en las cercanías de las instituciones, otros tantos, diría yo. Y, de los que o no han trincado o han gozado de favores extraños, otros muchos más. El tema que aborda Bárbara hernández en CANARIAS 7, no es nuevo, que va, es perpetuo. Pero no podemos dejarlo de recordar, por ser altamente pernicioso. En los casos de culpabilidad cierta, perjudicial para la sociedad, que sufre por tener en cargos de responsabilidad a delincuentes. Y en los casos de inocencia, que también los habrá, supongo, perjudicial para la persona afectada, que sufre el calvario de un proceso que se eterniza. La culpa de todo, la intolerable lentitud judicial, que impide el derecho a la justicia. Porque justicia lenta, no es justicia. Por cierto que sorporende que esta lentitud contraste con la pulcra diligencia que aplican los tirbunales en los casos de defensa de los privilegios de poderosos frente a débiles: un caso de corrupción se dilata veinte años. Una causa de desahucio, se despacha en unos meses. Casualidades injustas de la vida.
15 de enero de 2013 (06:37 h.)
Ya que parece que hay que abandonar toda esperanza de que el aparato judicial abandone su condición tortuguil, por lo menos habrá de reclamar que se introduzca la figura de la inhabilitación cautelar. Que el juez puede impedir a la gente imputada seguir en puestos donde pueda. como de hecho hacen muchos, seguir perpetrando sus fechorías. Pero esta sensación de impunidad no puede tolerarse.
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=288874
Sobre la lentitud de la justicia: