El malvado interés económico ha reavivado magnificándola, la alarma injustificada ante el fenómeno okupa. La publicidad mentirosa de aseguradoras y de empresas de alarmas introduce con taimadas y obvias intenciones falsas ideas en la opinión. La inmensa mayoría de personas que se meten en viviendas porque el estado no les protege en su derecho constitucional, lo hacen en espacios deshabitados y, generalmente, propiedad de bancas y demás empresas que los mantienen vacíos por causas especulativas. En este sentido, Eduardo Montagut recomienda este claro y Útil informe que ofrece, Ernesto Suñé Nicolás en EL OBRERO. La solución al problema está clara: No se trata e medidas policiales, judiciales, represivas. Bastaría con que el estado respetara y acatara la Constitución
Si ustedes leen la información que aporta PÚBLICO sobre esta medida que se está proponiendo el gobierno francés, la expropiación de vivienda vacía, es manejada con cierta distancia, como si se tratara simplemente de un problema administrativo. Habla de "reducir el desequilibrio existente" y de "viviendas vacías", no de gente sin vivienda, que es otra cosa y el auténtico problema. Pero lo que a mí, Chema tante, me parece destacable es que esta medida que estudian en París, debería ser una de las primeras decisiones a tomar en el estado español por un Gobierno que se define Progresista. Yo no conozco la magnitud del problema en Francia. Pero sí sé que el drama, en el reino de Felipe el último, es terrible. No solamente la cantidad de gente que vive en la calle, sino la gente que vive en condiciones precarias o de hacinamiento, por la sencilla razón de que en este estado no se ha acometido con seriedad ni vergüenza una política de vivienda social, sino que se ha dejado el mercado inmobiliario en manos de sabandijas. De manera que lo pongo de ejemplo a Sánchez e Iglesias, sobre algo que, con la recuperación de la banca pública, ya tendrían que haber decidido.
El coherente veterano militante socialista Antonio Aguado señala comenta y celebra esta información ofrecida por PÚBLICO sobre la sentencia del Supremo,que da la razón a quien la razón tenía. Yo, Chema Tante, soy muy escépticos ante las maniobras neoliberales, pero no cabe duda de que esta sentencia es una victoria popular. Popular, de verdad, pero un derrota del abyecto partido oligárquico que usurpa tan digno apelativo.