Otro día que hay que repetir que al planeta lo están matando, asfixiando la biodiversidad. Otro día que hay que denunciar la masacre que está sufriendo la Humanidad. Lo dice hoy el IPBES, lo dice Alejandro Nadal, que lo cuenta en LA JORNADA, lo dice Francisco Morote, de Attac Canarias, que lo señala y lo digo yo Chema Tante, que contribuyo a difundirlo. Este atropello letal al Planeta y a la Humanidad no es una catástrofe inevitable, sino que tiene un culpable: Es la codicia del neoliberalismo.

No hace ni dos días, comentaba yo la referencia a Polanyi que hacía Manolo Monereo en un artículo sobre el triunfo de Trump. Y este texto de Víctor M. Toledo, en el mexicano LA JORNADA, que recomienda Francisco Morote, de ATTAC Canarias, va por la misma línea: Como pronosticaba Polanyi, la instauración de la mentalidad economicista sobre cualquier otra considetación es la característica esencial del capitalismo. El neoliberalismo fascista, para el que no existe nada más que ganar dinero. Aunque eso signifique cargarse el soporte de la vida humana, el Planeta. Toledo se refiere a hechos mexicanos, pero la conclusión es aplicable en todas partes. La esperanza está en lo local, lo autóctono, la cultura rural como potente freno para la voracidad golobalizadora.

Atiracan exige que el Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias haga su trabajo.

Sí se puede considera que “deben ponerse todos los medios para evitar que las cabras asilvestradas destruyan la biodiversidad de Canarias” y reconoce en las medidas que ha adoptado la consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria “un valor a la hora de afrontar el asunto que no se aprecia en todas las administraciones públicas”. Así lo destaca el portavoz de Sí se puede en materia medioambiental, José María Fernández-Palacios, catedrático de Ecología de la Universidad de La Laguna.

Finca de Osorio (Teror) el domingo 25 de octubre

Paulino ha hecho de la sostenibilidad y la defensa de la biodiversidad uno de sus muchos falaces caballos de batalla dialéctica de sus ocho años de mandato presidencial. Ahora, los y las profesionales de la Biología, que se supone que saben de lo que están hablando, denuncian el abandono de la biodiversidad. Y uno no hace sino recordar las mil y una trapacerias que ha perpetrado este bobalicón, pero artero presidente. Y, como guinda de la monumental torta que ha puesto, el inefable esperpento del Catálogo de Especies, que destalogaba las que molestaban para la atrocidad del Puerto de Granadilla.