Desde su habitual columna en NUEVA TRIBUNA, Walter C.Medina sale al paso de la maniobra, típica maniobra neoliberal, del chileno Piñera, que intenta criminalizar la resistencia del pueblo chileno a las medidas de opresión económica. Lo dice muy bien Medina, y hay que recordar que, desde el funesto experimento de Pinochet, la economía chilena no ha recuperado ni de lejos la normalidad y el pueblo chileno sigue sufriendo la brutalidad laboral y social. Pinochet aplicó las doctrinas de Friedman hasta sus últimas consecuencias, con mayor ardor incluso que lo hiciera Tatcher en Reino UNido. No por falta de ganas de Tatcher, que esa era otra, sino porque las garantías democráticas británicas son distintas. La situación en Chile es tan delicada, que cualquier intento de intensificar el sufrimiento popular se encuentra siempre con la protesta. Lo malo es que, correlativamente, aparece la represión policial.

Francisco Morote, de Attac Canarias, señala este centrado editorial del digital mexicano LA JORNADA. No se trata de implicarse en la espiral maniquea entre muy malos y muy buenos, sino, simplemente, de salir al paso de las mañas diabólicas del Tío Gilito Trump, empeñando en sembrar cizañas en las relaciones internacionales. Una actitud que nada bueno puede traer. Es preciso imponer la paz y el diálogo y censurar las agresiones.

Ya me disculparán, pero leyendo este artículo recomendado por Antonio Aguado, de Fernando López Agudín en PÚBLICO, no puedo menos que recordarlo: es lo mismo que yo digo. Lo grave de la pareja Montero Iglesias no es la ausencia de coherencia, ni siquiera el desprecio por las proles ajenas. Lo más perjudicial, lo que no puede tolerarse a gente de semejante talla intelectual y académica, es el error estratégico, no haber previsto la que les iba a caer. Un error como una casa. Y diré también que yo, Chema Tante discrepo de López Agudín respecto a la imprescindibilidad de Iglesias. No va a ocurrir -y lo siento- porque el resultado de la consulta en Podemos probablemente lo ratificará. Pero si Iglesias desapareciera del mapa político, Podemos saldría adelante, porque Podemos no es Iglesias. Podemos somos la gente. La que vive de puta madre y la que las pasa canutas. 

Para el fascismo español, pactar con el soberanismo es hacerlo con el diablo (Chema Tante)

Antonio Aguado señala en EL DIARIO este artícuo con el que Ignacio Escolar recuerda que la responsabilidad de que no haya diálogo entre el gobierno del estado español y el Bloque Soberanista catalán recae completamente en la cerrilidad de Rajoy y sus partidos, el Pp y Ciudadanos, (Sí, porque yo, Chema Tante, afirmo que Rajoy lidera esos dos partidos a la vez). Remarca Escolar con tino que el emperramiento de Rajoy corta toda posibilidad de entendimiento y cita algunos -recientes- de la multitud de casos en que los gobiernos tratan, pactan y llegan a acuerdos con gente que cuestiona la legalidad. Claro que esos gobiernos que han aceptado negociar nunca fueron fascistas. No sé si me explico.

Francisco Morote, de ATTAC Canarias señala este editorial del mexicano LA JORNADA, que reproduce la página de ATTAC, se refiere al inconcebible, hace unos años, giro que ha dado en sus criterios globalizadores el G20. Al rebufo de los argumentos autárquicos de Trump, algo lógico, dada la importancoia USA en el comercio mundial, los estados hegemónicos, empiezan a dudar de los beneficios de la unificación del mercado mundial, a la mayor gloria de las multinacionales. Lo que hay que ver.

"El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones" reza el atinado refrán, y eso es lo que se me ocurre pensar, cuando leo esta crónica de Irene Castro y Belén Carreño en EL DIARIO. Porque los buenos propósitos que anuncia Pedro Sánchez, sonarían a música celestial, si no fuera porque la credibilidad del hombre está por el piso. En fin, con esto y con el apoyo de gente buena como Pérez Tapias, la verdad es que Pedro Sánchez, hoy por hoy, encarna lo mejorcito de lo dedente que queda en ese partido español antaño socialista y obrero