“Gran Canaria quiere ser la isla Europea del Deporte”. Así comencé mi discurso ante los medios de comunicación como consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, a finales de octubre de 2015, cuando presentábamos este ambicioso proyecto. Dos años después, ese sueño está un poco más cerca en Bruselas.

El tema de hoy, la actualidad manda, va de cultura del celuloide canario, del Séptimo Arte, que también se ha convertido en nuestra Cultura. Por diferentes motivos; uno de ellos, que nos hemos convertido en perfectos anfitriones ofreciendo los incomparables marcos climático y paisajístico para las productoras nacionales e internacionales de cine y que, además, incentivamos con atractivas bonificaciones fiscales.

Este Norte grancanario tiene una oportunidad histórica para dejar atrás años de atraso e indolencia si sus gobernantes municipales  saben aprovechar la multitud de sinergias que se pueden generar en torno a las condiciones económicas, culturales, sociales y políticas que confluyen en estos momentos, a pesar de la mal llamada crisis.

Primero privatizaron el agua de abasto, luego el servicio de recogida de basuras, hace poco el alumbrado público y ahora -parece ser- intentan a hacer lo propio con los Servicios Sociales Municipales.