La casa de mi tía
En este día sensiblero y comercializado de la Madre, mi consternación se renueva y acrecienta, leyendo este sentido artículo que Manuel Rivas publicó el sábado 3 en EL PAÍS. La ira me desborda, acordándome de la madre de quienes han sido causa de tanta desgracia, tanto dolor de los que los dos casos descritos por Rivas son ejemplos desgarradores. Esa madre caboverdiana que asiste impotente al desamparo de su hijo enfermo o ese fenómeno increíble de quienes arrostran el riesgo cierto y mortal de un segundo infarto, simplemente, por no disponer de los cien euros necesarios para pagarse la medicación que les salve la vida. Manuel Rivas cita el texto "Lágrimas de vergüenza", del cardiólogo Maximiliano Diego. "O comemos, o tomo las pastillas", dice un paciente. La madre que les parió.