Marcos López en DIARIO 16 advierte de otra de las terribles consecuencias, en tanto no nos destruyamos completamente. Los estados, empobrecidos por el  saqueo de las oligarquías no podrán atender las creciente demandas de ls víctimas de las catástrofes climáticas. Una guerra sin armas.

Manuel Casal Lodeiro en CTXT deja clara cual es la situación climática y cuales son los responsables. Y yo, Chema Tante digo que si las élites ecocidas y suicidas siguen en su deriva criminal, es porque se lo permitimos. Esto, lo cemuestra muy claramente Casal, es una guerra contra la vida. Y hay que defenderse.

Juan Bordera en CTXT nos pone delante de la cara la fúnebre verdad. Una verdad a la que la Humanidad no quiere enfrentarse. Nada menos que el fin de la habitabilidad de este Planeta. El único que tenemos. Bordera recopila testimonios, partiendo del aterrador informe de IPCC ONU, que estaba previsto publicar en septiembre pero cuya gravedad ha obligado a filtrarlo ya. Yo, Chema Tante, digo que Gaia, la Pachamama, la Naturaleza, la Providencia, como quieran llamarla nos está advirtiendo  con pandemias, inundaciones, incendios sin precedentes. Tenemos que cambiar, o desaparecemos. Y, como escribo desde Canarias, añado que en mis desafortunadas islas, todos los comportamientos ecocidas suicidas tienen lugar. Acá se planifican puertos, aeropuertos, carreteras, trenes, macroproyecto energéticos desaforados, culminando todo ello con el empeño en mantener una actividad tan contribuyente al calentamiento global como es el turismo masivo.

Un importante texto de  Chris Baldry y Jeff Hyman en SOCIAL EUROPE que abre paso a muchas reflexiones y conclusiones. Lo digo yo, Chema Tante. Primero, el nocivo concepto de que las empresas -y, por tanto, le mundo, deben ser dirigidos en exclusiva por sus propietarios. Se trata, por supuesto, del desprecio que siente la gente rica hacia la gente pobre, que le lleva a no tener en cuenta sus ideas y propuestas. Si a eso se añade el predominio de la tesis neoliberal de que el beneficio es el único objetivo lícito, cuyo logro legitima toda acción, nos encontramos con el desastre que sufrimos. Y, segundo, el problema de los sindicatos. Baldry y Hyman, que escriben en Europa, reclaman la intervención sindical. Sin embargo, en este estado español de derecha, en el que los sindicatos hegemónicos se han conformado con el papel de gestores laborales y aceptan sentarse en la mesa patronal para arañar unas migajas, esa intervención no tiene sentido.

Información de  EL ECONOMISTA, desde fatos de GREEPEACE, sobre las oscuras maniobras de EXXON, para ocultar su nefasta acción agresora del medio ambiente y de la habitabilidad del Planeta. Y yo, Chema Tante, traigo esta información, no como una noticia, sino como un paradigma de la realidad empresarial de nuestros tiempos, en todo el mundo. Afirmo, convencido de que es así, que la inmensa mayoría de las empresas de esta locura neoliebral, actúan de la misma manera, escondiendo sus fechorías, manipulando la información, con la complicidad de los medios mercenarios.

Entrevista de Miguel Ángel González en EL REMATE dE CAPITAL RADIO al senador socialista por Tenerife, Pedro Anatael Meneses sobre la práctica aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica

José María Baldasano Recio en INTER PRESS SERVICE avisa de la aterradora, triste, dramática realidad: los cacareados esfuerzos conjuntos internacionales por contener el cambio climático, se quedan en nada, porque los gobierno  se niegan a acatar los acuerdos, a cumplir los compromisos. Lo señala Francisco Morote, de Attac Canarias y yo, Chema Tante, insisto en denunciar la actitud criminal de unos gobiernos felones que incumplen sus juramentos de defender los derechos de sus respectivos pueblos y someten a la Humanidad al genocidio final.

Marcelo Colussi, en ALAI y REBELIÓN,  insiste en lo que tanta gente tanto tiempo repetimos: la humanidad se ha cargado la habitabilidad del Planeta. El cambio climático no es una inevitable catástrofe sobrevenida. Es el producto de un criterio económico basado en el desarrollismo y la obtención de beneficio económico. No es el sistema industrial, ni siquiera los combustibles fósiles. Es el mal uso, el derroche el consumismo, las modas, lo que ha destrozado la habitabilidad. Si se hubieran administrado con sensatez, los combustibles fósiles no habrían generado el calentamiento global y quedaría reservas para cientos de años. Y lo más grave es que no hay esperanza. Gaia mandó el mensaje con la pandemia, y las oligarquías mundiales no han querido asumirlo. Estamos desenado que el virus sea reducido, para volver a la orgía anterior. Sin freno, hasta la desaparición del género humano. El artículo de Colussi lo recomienda Francisco M0rote, de Attac Canarias