Otra de las angustias, muchas angustias que se viven en estos días, es el follón con que se abre el curso escolar. La irresponsabilidad de estos gobiernos, el del estado y los territoriales, les ha llevado a no tomar a tiempo las medidas necesarias para que niñasy niños acudan a la escuela en condiciones de seguridad. Las familias presencian aturdidas como van a tener que llevar a su prole al colegio sin saber qué tendrán o podrán hacer si aparecen contagios, si les devuelven a niñas y niños, que habrá que cuidar. Porque la escuela ha terminado por ser una guardería y más nada. Porque el sentido de la educación se ha quedado en el mismo concepto decimonónico.sin que parezca que a nadie le importa. De este anquilosamiento, este inmovilismo conceptual escribe Cristina Fallarás en el artículo que señala en PÚBLICO el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado

Cristina Fallarás nos propone en PÚBLICO un ejercicio torturante. Leer, sin sus nombres, los cargos ostentados por la insalla infame que ha firmado la famosa carta de aval a Juan Carlos Borbón "por los elevados servicios a la patria". Yo, Chema Tante, le sugiero a quién lo haga que se siente primero y haga acopio de sosiego. Y después propongo otro ejercicio suplementario. Recuerden los ostentosos signos de riqueza actual de esta gente y calculen cuántos años de trabajo con los sueldos que se perciben en los altos cargos del estado hacen falta para adquirirlos. Y también meto mi cuchara comentadora en el asunto. El artículo de Fallarás lo recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado

Lo escribe Cristina Fallarás en PÚBLICO. Lo recomienda el  veterano coherente militante socialista Antonio Aguado. Y yo, Chema tante, agrego, al recordar otro aniversario del asesinato de Federico que sí, que había que institucionalizar el homenaje a García Lorca y representar en él a tanta gente buena que martirizó el franquismo simplemente por eso, por ser buena. No por política, no por ideas,  que tampoco sería justificación, sino, simplemente, por ser buena. Tanta gente que no había hecho daño a nadie y pagó sufrimiento por ello. Y sí. Hay que recordar que los nietos de aquellos asesinos siguen predicando y practicando el oido y la violencia, de palabra y de hecho, contra gente buena

En PÚBLICO, Cristina Fallarás bosqueja esta suerte de retrato psicológico del Bribón, a partir de su malsano hábito de asesinar seres vivos. Y que encima, nos hace a los pueblos del estado español cómplices de su violenta afición, porque esta historia se la hemos pagado con dinero público. Lo recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado y yo, Chema Tante, tengo que recordar que el Bribón ya mataba desde su juventud, incluyendo a su hermando. Borbón que es el Bribón.