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viernes, 03 de mayo de 2024 09:54h.
dinero
Economía
todos ellos escondidos tras un lenguaje retorcido hasta lo ininteligible,

El precio del dinero, Juan Manuel Beltrán en NUEVA TRIBUNA

 

FRASE BELTRÁN

Juan Manuel Beltrán en NUEVA TRIBUNA insiuste en la desgracia mde vivir en un mundo dominado por la mentira. Como nos llevan a creer que son necesarios los sacrtificios para salvar la vida, cuando la realidad es que nos obligan a dar la vida por el dinero que ganan quienes dominan. 

Economía
DINERO DE LA DEUDA PÚBLICA QUE HAY QUE SERVIR Y PAGAR CON IMPUESTOS

La banca acrecienta su oligopolio, regado con 42.000 millones de dinero público, Vicente Clavero en PÚBLICO

 

frase clavero

Vicente Clavero en PÚBLICO destaca que el descomunal negocio de la banca privada en el estado español ha sido posible por el apoyo financiero público. 42 mil millones que nunca se recuperarán. Un dinero, puntualiza Clavero, que viene en buena parte del endeudamiento público que cuestan intereses y que hay que devolver. Lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado. Y yo, Chema Tante, agrego que con este dinero que el estado le regala graciosamente,  la  banca privada obtiene suntuosos beneficios. Empezando por esos mismos miles de millones que se le dieron para tapar agujeros, es decir, que los habían robado. La próxima vez que admiren las joyas de Botín, la suntuosas vidas de los banqueros y las banqueras, recuerden que eso lo pagan ustedes. Y que gobiernos del Pp, pero también de partidos que se llaman progresistas, se niegan a acabar con este escándalo que sería muy fácil, con una banca pública.

Política

¿A quién diablos le importa? La mejor democracia que se puede comprar con dinero (2002) un libro de Greg Palast recomendado por Federico Aguilera Klink y Chema Tante

 

FRASE PALAST

De este libro de 2002 de Greg Palast, que recomendamos a dúo vociferante Federico Aguilera Klink y yo Chema Tante, lo que más me ha impactado es la introducción del autor. La titula ¿A quién diablos le importa? Porque los nueve artículos o capítulos son un compendio de lo que estaba ocurriendo hace ya cerca de veinte años. Pero lo mismo que estábamos viendo entonces y que estamos viendo ahora. Y, con todo el asco y la indignación que esto inspira, lo más grave, lo más descorazonador, es comprobar cuánta razón encierra la pregunta ¿A quién diablos le importa? Está claro que no le importa más que a una poca gente. Explica Palast que uno del WASHINGTON POST/NEWSWEEK le pasó una información importante y él, Palast, le preguntó ¿por qué no lo publicas tú? y el otro le respondió "Porque a nadie le importa un pimiento". Eso pasaba en 2002 y sigue pasando ahora, en el mundo, en el estado español y en Canarias, como puedo yo comprobar día a día desde La casa de mi tía. A nadie le importa un carozo que nos roben, que nos maten, que se cachondeen de nosotros y nosotras. Por eso, como a nosotros, Aguilera Klink y yo, sí que nos importa y nos duele y nos aterroriza, recomendamos el trabajo de Palast y de toda esa legión esforzada por la verdad y la libertad, que pagamos con sufrimiento y algunos hasta con prisión o muerte