La casa de mi tía
El Partido que nunca ha sido popular asume ahora las directrices neoliberales en materia de pensiones. Como se resiste a bajarlas directamente, porque sería una medida excesivamente irritante, creen, las bajan en la práctica, porque eliminan su vinculación con la inflación, al mismo tiempo que arrebatan una serie de bebeficios sociales para la gente jubilada. Con esto, las pensiones llegan a cumplir el objetivo ultraliberal, que sean mínimas. Pero, en el fondo de todo esto: el grito de la desaparecida hiena Montoro: "No hay dinero, no hay dinero"