Puede uno, como yo, Chema Tante, no sentirse español y, sin embargo, amar al español tanto como a cualquier pueblo del mundo. Pero, además, igual que a los latinoamericanos, con el amor de la fraternidad, cpn la cercanía cultural y con el sentimiento de compartir momentos buenos, cuando los ha habido, o amargos, como éste de ahora. Por eso me ha conmovido mucho este artículo emocionante que mi admirada María Mir-Rocafort -catalana y española donde las haya y que sea por muchos años y que yo lo vea- escribe en LA HORA DIGITAL. Con mucha creatividad, ingenio y sensibilidad, Mir-Rocafort parafrasea la bellísima canción de Cecilia, para ir intercalando sus reflexiones sobre las grandezas y las miserias que van aflorando con la pandemia en las sociedades que marchamos en este reino de Felipe el último. Una muy buena oportunidad de volver a escuchar a Cecilia y reflexionar sobre la  inspirada letra, al hilo de lo que va escribiendo Mir.Rocafort. Muy recomendable. 

En LA HORA DIGITAL, María Mir-Rocafort comenta la miserable intervención parlamentaria del Ppero Casado, pidiendo banderas a media asta y entierros -el zote cursi dijo "sepelios"- para las víctimas del Covid-19. Todo lo que dice Mir-Rocafort es justo y sensato, pero el problema es que ni ella ni yo somos target del discurso del abyecto facha. La gente a quien se dirige Casado escucha abobada lo que dice.

María Mir-Rocafort parte de esa cita de Jill Lapore en THE NEWYORKER, par construir una emocionada reflexión sobre la necesidad de que  esta tribulación que sufrimos fortalezca nuestra humanidad, que sea una minoría quienes aprovechen un momento trágico para sus intereses. Que tanta gente muerta, tanto padecimiento, sirva al menos para que las personas recapaciten. Y yo, Chema Tante, le digo a Mir-Rocafort y a quienes me leen, que estos acontecimientos hacen aflorar lo mejor, a muchas personas, pero también, ¡ay! lo pero  muchas otras.

Entre María Mir-Rocafort y este que está aquí, Chema Tante, puede aplicarse el longevo tópico  "son más las cosas que unen que las que separan". Por más que algunas distancias ideológicas sean de las de largo aliento. Pero en lo esencial, en lo que de verdad importa, coincido con su pensamiento. Como ocurre con lo que dice en este artículo que emociona, que trata de soledades y solidaridades. Un bello y certero artículo, en su blog personal, LO QUE PASA. Y pasa, lo digo al paso, que también la película que menciona es una gozada. Quien pueda, que la vea o revea.

María Mir-Rocafort reflexiona en LA HORA DIGITAL sobre esta pena de prisión que ha decretado el neoliberalismo, culpable último de la indefensión social ante una pandemia que venía avisando hace tiempo. Todo el mundo preso y la economía otra vez en derribo. Por su parte, Mir-Rocaafort reivindica la acción del gobierno en esta crisis. Y yo, Chema Tante, creo que no le falta razón. Han hecho lo que tenían que hacer y lo que han podido hacer. Aunque me parece que han tardao un poco. Esto se veía venir hace meses. Carnavales, 8 M, viajes... 

Desde LA HORA DIGITAL, María Mir-Rocafort apela al centenario de la película de Robert Wiene El gabinete del doctor Caligari, para recordando la vinculación que se hace del terror que inspira la película con el advenimiento del fascismo, proyectar esa idea a nuestra realidad. Igual que hizo el fascismo el siglo pasado, utilizar el terror para implantar un régimen de un terror todavía peor, en estos tiempos la extrema derecha (en este estado español no hay otra) que siempre tiende al fascismo -aunque el totorota alcalde de Madrid haga como que  no lo sabe-está recurriendo a la misma estrategia. Agita el machango del miedo para ver si así se encumbra al poder y puede de verdad meternos el miedo en el cuerpo. Por cierto, si a alguien le apetece ver la película o verla de nuevo, en LA HORA DIGITAL insertan el vídeo completo. Más terror.

Yo, Chema Tante, comparto la calentura que María Mir-Rocafort expresa desde LA HORA DIGITAL, despertada por la estupidez de las acciones de la derecha de este estado español. En lugar de ocuparse y demandar sobre tantos y tan importantes temas pendientes, la piara pperavvoxeraciudadanera muerde en boberías y las esgrime como si fueran auténticas fechorías. La anécdota intrascendente de Ábalos con la ministra venezolana ha ocupado grandes espacios de atención para esta fauna execrable. De todas manera, tengo que decirle a María Mir-Rocafort que no debería sentirse insultada por estas actitudes de la derecha. Como decimos en marketing, no somos target.Las acusaciones que dirige la derecha al gobierno no son para que las escuchemos  ni ella, ni yo ni mucha gente con criterio. Lo que quiere la derecha es que esto lo contemple la gente que comparte con ella el cerrilismo de la ignorancia política. Esas manadas que les dan el voto, abrazadas a las banderas imperiales.

María Mir-Rocafort escribe en LA HORA DIGITAL sobre un tema obvio, pero que pocas veces, poca gente, se detiene a contemplar. El tremendo daño que hacen, que han hecho las personas que se han metido en política con intenciones personalistas, lo que se llaman los politiqueros. Porque la política bien entendida es la acción dirigida a la busca de lo mejor para la gente. Y esta piara que nos ha tocado sufrir, hace tiempo, por todas partes, que no ha sido capaz de enfrentarse con la codicia neoliberal, todo lo contrario es la que nos ha puesto en tan mala situación. Muy intersante reflexión, muy recomendable.

Atina María Mir-Rocafort con este artículo en LA HORA DIGITAL. Atina desde el título. Y atina también en el desgrane de argumentos. En efecto, las increíbles cosas que contemplamos en las sociedades del estado español, la terrible desigualdad económica, la arrogancia de las empresas, empezando por la banca estafadora, la gente de la política -de izquierda- que no acierta a encontrar la manera de gobernar sin ataduras con la oligarquía, la lenidad de una Justicia, en la que buena parte de quienes la administran se dejan llevar por sus prejuicios de clase o por su dogmatismo ideológico, la pasividad cobarde de unas masas que somos incapaces de sacudirnos tanta miseria... todo ello viene, como dice Mir-Rocafort de que llevamos sufriendo el efecto del franquismo, desde aquellos aciagos días en que nazis, fascistas, moros mercenarios y la iglesia Católica que olvidaba el mandato de amor de su fundador, la ganaran la guerra Franco, para que impusiera su fanatismo intolerante. Es cierto Franco sigue aquí.

En su blog OPINIÓN POLÍTICA, María Mir-Rocafort publica este un tanto abigarrado artículo en el que nos cuentas muchas de sus vivencias que le llevan a aborrecer a quienes utilizan símbolos y sentimientos para sorprender la buena fe de la gente poco instruida. Yo, Chema Tante, que soy soberanista y, por tanto, sí creo en banderas y sentimientos, estoy completamente de acuerdo comMir-Rocafort. El fanatismo nunca puede ser aceptado y los símbolos y sentimientos solamente son válidos cuando tienen un contenido positivo y sensato detrás.