Las discrepancias entre los datos de Turismo y Airbnb revelan el alquiler de cientos de viviendas vacacionales ilegales en Canarias, Toni Ferrera en EL DIARIO CANARIAS AHORA / Y son muchísimas más, comenta Chema Tante
Y son muchas más, comenta Chema Tante
Cuando se unen la inepcia, la ignorancia, la irresponsabilidad y la codicia los resultados son un desastre. El descubrimiento de que existe más oferta de AIRBNB y otras en AirDNA que la registrada por la Consejería que detenta Yaiza Casimira McDonalds es estruendoso, pero se queda corto. Porque además de esa oferta, no declarada, pero abierta, en Canarias existe una nutrida red de viviendas que también se ofrecen por canales privados.
Estoy hablando de esa gran cantidad de viviendas rurales reformadas y acondicionadas por personas extranjeras o incluso apartamentos de nueva construcción, que no constan como turísticos, sino como residenciales, que se utilizan como segunda vivienda de vacaciones durante algunos meses al año por quienes las poseen, pero que luego proponen en alquiler a gentes de sus círculos inmediatos familiares, afectivos o profesionales. Es frecuente observar en los tablones de anuncios de empresas por toda Europa: "Alquilo vivienda en Canarias": son casas y pisos con todas las comodidades, incluso con coche, que se ocupan por turistas, ocho, diez meses al año, y que no aparecen, por supuesto, en las estadísticas oficiales ni tampoco en la redes como AirDNA.
Es una cantidad enorme de personas que contratan oscuramente en su lugar de origen, pagan el alquiler allá y reciben las llaves de la casa o apartamente y hasta del coche, y un plano. Vienen en un avión de linea regular, de una compañía extranjera, por supuesto, cuyo pasaje también pagan allá, y vienen a hacer turismo, sin que ni Turismo ni Hacienda ni los Cabildos ni Ayuntamientos se enteren, al menos oficialmente.
Y el disparate se agrava, porque la mayoría de estas personas propietarias son gente normal y corriente gente responsable que no quiere defraudar, que aceptarían ser regularizadfos y pagar sus impuestos. Pero nadie se lo reclama. Ni siquiera existe una fórmula sencilla, una figura fiscal, para declarar esa actividad comercial por ahora clandestina.
Solamente con un mínimo esfuerzo por sacar a la luz, censar todas esas viviendas las que aparecen en AirDNA y las que ni siquiera eso, y normalizarlas fiscalmente se obtendrían notables aumentos en la recaudación tributaria. Y, sobre todo, se conocería la realidad del descomunal negocio turístico en Canarias, que sin duda supera los14 o 15 millones de turistas al año que se proclaman.
Además, este tipo de turismo es el que en verdad interesa a Canarias. Porque estas personas que alquilan son generalmente amantes de la naturaleza y de la producción local. Son gente que respeta el territorio y el medio ambiente y compra y consume artículos canarios.
Es ese el turismo que puede salvar a las Islas Verdes, La Palma, La Gomera, El Hierro, de seguir el desastroso camino de las otras condenadas al ruinoso negocio del turismo de masas. Por eso a Yaiza Casimira y a Ángel Víctor, a Román y a Julio Pérez no les interesa, porque reconocer su existencia supondría frenar los planes de infame desarrollo que siguen emperretados en imponer a las islas.
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