la locura del turismo masivo y su compañera inseparable, la corrupción urbanística
El tramo de costa con más hoteles ilegales de España, Clemente Álvarez en EL PAÍS / Porque hubo acción ciudadana que denunció, comenta Chema Tante
Clemente Álvarez cuenta en EL PAÍS los desmanes urbanísticos conejeros. Lo recomienda Federico Aguilera Klink y yo, Chema Tante, lo comento
En Lanzarote hay más hoteles ilegales porque hubo acción ciudadana que denunció, comenta Chema Tante
Lo que pasó en Lanzarote pasó y sigue pasando, en mayor o menor medida, pero parecida, en todas las islas turísticas canarias. De momento La Gomera, El Hierro y La Palma medio han escapado de la locura del turismo masivo y su compañera inseparable, la corrupción urbanística. Aunque ahora, como una calamidad añadida a la del Volcán Tajogaite, todo apunta a que en La Palma la ignorancia y la codicia se unirán para fundir los fondos de recuperación en imitar todos los errores de las islas hermanas.
En esas cuatro islas, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife, la estupidez de implantar un concepto de turismo masivo en unas islas alejadas miles de millas de los mercados de origen ha sembrado sus territorios de voluminosas construcciones hoteleras y de ocio. Y se ha podido hacer, porque, con la excepción de Lanzarote, no hay reproche social generalizado al atentado. Prima la mentirosa idea de que los beneficios del turismo justifican las agresiones territoriales y ambientales y la benevolencia legal. La semilla sembrada por César Manrique en su isla conejera fructificó en una sensibilidad popular que hizo posible cierta contención y también que la reacción ciudadana con gente como Irma Ferrer a la cabeza, cristalizara en sentencias de ilegalidad. Aunque, como relata muy bien Clemente Álvarez, tales sentencias no se materializan en la demolición de las construcciones, porque la ingeniería jurídica de la maldad consigue dilatarlas.
Ya lo dice Dolores Corujo, citada en el artículo. En todas las islas se ha atropellado la legalidad. Que las licencias municipales se conceden con toda alegría, es algo que nadie ignora en Canarias. Lamentablemente, aunque hay gente enfrentándose a este delirio de construcción, en otras islas no se extiende la sensatez social tanto como en Lanzarote.
Clemente Álvarez reporta sobre el caso conejero con mucha claridad. En los casos de otras islas tanta claridad no es posible, porque se carece de los antecedentes judiciales necesarios.
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