Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 10:17h.

Turismo: de La Palma que quería Pulido a Venecia, pasando por la Barcelona de Colau - por Chema Tante

Con todo el follón electoral y postelectoral, no se le ha prestado la atención debida a lo que ha pasado con el Plan Turístico de La Palma, que se lo ha cargado el Supremo (así sería) y a lo que ha dicho la probablemente alcaldesa del pueblo en Barcelona, Ada Colau, sobre contención del turismo. (Aleluya)

Turismo: de La Palma a Venecia, pasando por la Barcelona de Colau - por Chema Tante

Con todo el follón electoral y postelectoral, no se le ha prestado la atención debida a lo que ha pasado con el Plan Turístico de La Palma, que se lo ha cargado el Supremo (así sería) y a lo que ha dicho la probablemente alcaldesa del pueblo en Barcelona, Ada Colau, sobre contención del turismo. (Aleluya).

El  Plan Territorial Especial turístico de La Palma (PTE), que, por cierto, fue urdido por Miguel Ángel Pulido, con quien NUEVA CANARIAS se ha llevado en su isla un estampido electoral de mucho cuidado, era, como sostenían desde Ben Magec, que presentó la demanda al Supremo, un monumento de la arbitraridad administrativa. Un adefesio legal, construido solamente para el beneficio de las empresas que se empeñan en remedar en La Palma (y en La Gomera y en El Hierro) un modelo de turismo masivo anacrónico, ajeno a la realidad canaria, que ha llevado al desastre social a las otras islas.

Canarias es un destino alejado, con un equilibrio ambiental frágil.  Su alejamiento de los mercados de origen, obliga a los desplazamientos aéreos. Pero las exigencias de sostenibilidad imponen al mismo tiempo aminorar al máximo los vuelos que, es sabido, agreden fuertemente al medioambiente. Esa contradicción entre necesidad de volar y obligación de volar lo menos posible, unida a la irremediable protección del territorio y la cultura local, solamente se consigue con un esquema estratégico de turismo selectivo. Recibir menos, muchos menos visitantes, a tarifas unitarias sesiblemente superiores. Turismo selectivo de calidad, insisto.

Por otra parte, en Barcelona, uno de los lugares en que las iniciativas populares posibilitan llegar al poder a personas sensatas, Ada Colau ha restregado por los besos al empresariado turístico el ejemplo espantoso de lo que ha pasado conn Venecia, víctima del turismo masivo que ha arrojado a la población local de la ciudad y ha convertido lo que fuera una maravilla de ciudad, en un parque temático insufrible, inhabitable. La gente veneciana ha perdido Venecia. Y la Humanidad, también.

A ese modelo funesto veneciano yo añadiré otro. El de Curaçao, donde el turismo masivo basado en sol y playa y más nada, ha desertizado absolutamente el interior de una isla en la que solamaete existe ya la capital Willemstad, sus anodinos hoteles y unas playas caribeñas magníficas, pero iguales a las miles de otras que hay, por todas partes. La población curazoleña ha renunciado a su isla, por el plato de arbejas del turismo masivo. La Humanidad ha perdido una isla caribeña.

En Canarias, los empresarios, ahora liderados por esos dechados del tópico y la estolidez llamados Lorge Marichal y Agustín Manrique de Lara, insisten en un criterio que solamente aprovecha a las empresas, que obtienen sus beneficios a costa del abuso a sus trabajadoras y trabajadores y a costa del malbaratamiento de los recursos naturales canarios.

Este empresariado no se entera de que usufructuan, a su exclusivo beneficio, unos recursos naturales que no le pertenece a él, sino a todo el pueblo canario. Digan lo que digan estos empresarios embusteros, lo cierto es que el turismo, único por desgracia protagonista del monocultivo económico canario, tiene la obligación de dar empleo digno y remunerado como es debido y en las condiciones adecuadas, a todo, y digo todo, el pueblo canario. Porque ese pueblo es el legítimo y único propietario del territorio y de los recursos y de la cultura de las islas sobre el que comercian los empresarios turísticos.

Como la estrategia que han aplicado hasta ahora no da sino para sostener el beneficio empresarial, pero no la subsistencia de toda la gente canaria ni. mucho menos, la protección del patrimonio material y cultural de Canarias, es obligado sustituirlo. Es necesario instituir otros criterios que sí demuestran su eficacia en otros destinos.

El turismo canario no necesita las macrourbanizaciones ni los campos de golf que proponia el tumbado Plan Turístico de La Palma de Miguel Ángel Pulido, de Berriel y de Paulino. El turismo canario tendrá el éxito económico que sustente socialmente al pueblo isleño, si basa su operación en los valores del territorio, la sostenibilidad, las renovables, la cultura, la canaria y la universal, vista desde Canarias y en la producción alimentaria y general local insular.. Los ingredientes de una oferta de alta calidad dirigida a un público que valora ese nivel de calidad y está dispuesto a pagar por ella.

Ada Colau tiene mucha razón. Y, si escuchan ustedes en canarias a gente como Antonio Morales, Fernando Sabaté, Paco Déniz, Noemí Santana o Román Rodríguez, verán que lo que dicen, sobre el turismo canario, va por los mismos caminos.

Dice Marichal (se lo he escuchado yo) que "hay que oír a todos". Pues que se aplique el cuento.

http://www.ecologistasenaccion.org/article30193.html