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El filibusterismo militante de ciertos políticos - por Erasmo Quintana *

Entre los primeros deberes de nuestros gobernantes en esta España de mis entretelas figura, indiscutiblemente, la Educación. Es necesario enseñar integralmente a nuestras jóvenes generaciones sobre lo que fue, ayer mismo, la Dictadura de Franco. Si así se hace, veremos lo que da de sí. En segundo lugar, se hace preciso desatascar la Ley de Memoria Democrática, esa que los implicados de la extrema derecha de Vox y PP no quieren que se hable. Así pues, ¿por qué no avanza? ¿Qué nos pasa? Amplios sectores de la sociedad española parece que tienen miedo de su historia, ésa que hemos escrito entre todos. Los mismos escrúpulos también los tenía la sociedad alemana una vez acabada la II Guerra Mundial, en ambos casos por numerosos y variados motivos. A la conclusión que se llega es: Si los alemanes lograron zafarse del nazismo y superarlo, ¿por qué no seremos capaces también de superarlo nosotros, los españoles? Esa es la pregunta. 

En el reciente debate del Senado, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuando se tocó el tema de la renovación del Consejo General del Poder Judicial y presidencia del Tribunal Supremo, extinguidos por caducidad hace cuatro años, se hizo como si nada supiera, y que la cosa no iba con él. Además, su presidente en funciones, Carlos Lesmes, culpó por igual al PP y PSOE de que todavía no se haya renovado. Manda narices. Cosas de la alternancia bipartidista: cuando la teníamos, no había problema en el PP para obedecer la ley constitucional de los nombramientos de jueces, como correspondía de acuerdo con dicha ley. Ahora que son minoría, ya lo establecido por esa ley no les conviene. Tramposa y vil postura la del PP. Lo cierto es que para los conservadores, está bastante justificado, dada la cantidad de temas que tiene pendientes con la Justicia, que para eso nombró a la mayoría de los jueces, usando aquella mayoría absoluta conseguida por Mariano Rajoy.

Felipe VI, Jefe del Estado por la gracia de Dios, y el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, acaban de inaugurar el día del año judicial, y lo hicieron con el CGPJ (órgano de gobierno del poder judicial) caducado nada menos que por cuatro años consecutivos. ¡Qué vergüenza! En el transcurso de dicho acto, Lesmes ha pedido al presidente del Gobierno de coalición (para aquél, es Sánchez el culpable de tan larga provisionalidad), y al presidente del PP, Núñez Feijóo, que se reúnan “con urgencia” (ahora le ha entrado las prisas) para pactar la renovación en las “próximas semanas”, advirtiendo de que “de no ser atendido”, reflexionará sobre adoptar “otro tipo de decisiones que ni queremos ni nos gustan”. “Solicito pública y solemnemente al presidente del Gobierno de España y al jefe de la oposición, máximos responsables de los partidos políticos con mayor implantación parlamentaria, que se reúnan con urgencia”.

Siguen mareando la perdiz, cosa que se hace con muy pocas variantes. En esta ocasión, Lesmes ha amenazado veladamente con dimitir si la renovación continúa sin ser desbloqueada (para llegar a esta fácil conclusión, necesitó cuatro años), y es lo cierto que no es la primera vez que emplea el verbo y sigue sin dimitir; que el PP continúa en el Parlamento bloqueando la renovación (condición sine qua non que establece la Constitución), mientras el PSOE ha hecho y hace todo lo posible por desbloquear esta sinrazón. Ah, también resulta interesante lo enfadado y reivindicativo que está el Sr. Lesmes, cuando sin tener en cuenta lo grave que es para la Justicia cuatro años caducada la composición de estos altos órganos, pretende seguir renovando cargos. ¿Serán legales dichos nombramientos, cuando quién los hace está en funciones? Otro aspecto que conviene no olvidar, según establece la Constitución del 78, es que la Justicia en España “se administra en nombre del Rey”. El mismo rey que esta semana ha inaugurado el año judicial junto a Carlos Lesmes. Quizás se esté presentando (es un suponer) como un auténtico bloqueo sólo por parte del PP, lo que en realidad es más un bloqueo del conjunto del sistema del Régimen del 78.

En el debate del Senado, insistimos, el presidente del PP, en el susodicho desbloqueo, se hizo el sueco, como que nada sabe, que la cosa no va con él, cuando es él y su partido los principales concernidos y únicos culpables de que el CGPJ, Tribunal Constitucional y Tribunal Supremo lleven la friolera de cuatro años caducados. Mientras se estaba con la alternancia bipartidista, insistimos, el sistema de nombramiento de los jueces era perfecto para el Partido Popular. Ahora que ha finiquitado el bipartidismo, y que por tanto, perderá la mayoría de los jueces que respiran “a favor”, ya no les gusta. Quitada la albarda, se les verá las mataduras. La pregunta que me hago y traslado a mis amigos lectores es: Estos políticos que incumplen sistemáticamente la Ley, ¿qué harán cuando están gobernando las Instituciones públicas y nadie los ve? He ahí la cuestión. La razón última resulta ser que el Partido Popular (con Vox) no cumple la Ley, porque cumplirla no le beneficia: le perjudica con tantos delitos cometidos pendientes. Así es que de manera fraudulenta, sigue teniendo mayoría de jueces el Partido Popular en el CGPJ, Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional.

La última noticia es que el pleno extraordinario celebrado en el CGPJ para elegir a dos magistrados en el Tribunal Constitucional, ha concluido sin acuerdo sobre los candidatos propuestos, por el bloqueo del sector conservador.. Conculcan el Art. 122 de la Constitución Española, sobre la Ley Orgánica del Poder Judicial. A estos “disidentes” no les hace falta que les modifiquen la Carta Magna. Ya ellos lo han hecho.

* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana