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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Historia de un represaliado del franquismo – (IV) Actividad política - por Ramón Armando León Rodríguez

Al poco tiempo fui nombrado miembro del comité provincial de las juventudes comunistas de Las Palmas. Mi primer contacto con sus componentes fue en una casa en la barriada de Escaleritas. El comité estaba compuesto por cinco miembros, una mujer y cuatro hombres. Menos yo, todos lo demás eran estudiantes.

Historia de un represaliado del franquismo – (IV) Actividad política - por Ramón Armando León Rodríguez

Al poco tiempo fui nombrado miembro del comité provincial de las juventudes comunistas de Las Palmas. Mi primer contacto con sus componentes fue en una casa en la barriada de Escaleritas. El comité estaba compuesto por cinco miembros, una mujer y cuatro hombres. Menos yo, todos lo demás eran estudiantes.

En este comité se preparaba toda la estrategia de las juventudes comunistas y simpatizantes. Nuestra forma de captar a la juventud era bastante sencilla, generalmente nos agenciamos un «pick-ups» (tocadiscos) preparábamos una gran sangría y hacíamos un baile en una de las tantas azoteas del barrio. Alguna que otra vez, logramos alquilar un club y llevar un grupo de música de aficionados. También,aprovechamos los teleclub, sitio en donde se reunían jóvenes y mayores para ver la televisión y entretenerse con los juegos de mesa.

 

Todos estos sitios los utilizamos para hacer proselitismo en contra de la dictadura. Otra de las formas de captación, consistía en realizar excursiones al campo y a la playa. Éramos conscientes de los riesgos que corríamos, pero teníamos que hacer nuestro trabajo a pesar de que podía haber gente que nos delatara. En alguna ocasión ocurrió, pero no fueron muy relevantes.

Además de estas acciones, a los jóvenes que más participaban les dábamos a leer el «Mundo Obrero» y una pequeña revista que elaboramos en el comité. Las captaciones no fueron muy fructíferas, aunque teníamos seguidores, la gente en general tenía miedo, un miedo lógico, estar con personas que atacaban a la dictadura era peligroso, muy peligroso. Era tanto el riesgo que, muchos de nuestros militantes no acudían a las actuaciones públicas, asambleas, manifestaciones…

Por eso casi siempre nos encontrábamos las mismas personas. Esto me recuerdan las actuales manifestaciones del primero de mayo, en donde siempre se hace el mismo comentario, «esto no cambia siempre somos los mismos», salvando naturalmente, las distancias. Todo esto nos fue conduciendo a los sucesos de Sardina del Norte en Gáldar. Mi segunda detención.

 

Capítulos anteriores:

Historia de un represaliado del franquismo – (I) Mi primera detención

Historia de un represaliado del franquismo – (II) Barranco Seco

Historia de un represaliado del franquismo – (III) Juicio y apelación

* En La casa de mi tía por gentileza de Ramón Armando León Rodríguez