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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

La izquierda francesa y la lucha de clases. Algunas notas sobre las elecciones francesas de 2017 - por Samuel Espino Rodríguez

 

 

 

SAMUEL ESPINOEn contra de los deseos, por Europa se extiende el fantasma del fascismo, un fantasma que torna en convertirse en realidad política si la izquierda alternativa al socialiberalismo no logra ocupar su espacio político. Este fascismo se maquilla con formas democráticas, aunque en su seno sea defensora de posturas racistas, xenófobas e islamófobas. Las condiciones en las que este fascismo se desarrolla hay que encontrarlo en el cóctel molotov que representa la crisis del capitalismo financiero que arranca en el año 2008 y la cadena de ajuste del neoliberalismo salvaje de la Unión Europea, cóctel que sin duda amenaza con derrumbar el proyecto europeo.

 

CANDIDATURAS FRANCIA 23 A

La izquierda francesa y la lucha de clases. Algunas notas sobre las elecciones francesas de 2017 - por Samuel Espino Rodríguez *

En contra de los deseos, por Europa se extiende el fantasma del fascismo, un fantasma que torna en convertirse en realidad política si la izquierda alternativa al socialiberalismo no logra ocupar su espacio político. Este fascismo se maquilla con formas democráticas, aunque en su seno sea defensora de posturas racistas, xenófobas e islamófobas. Las condiciones en las que este fascismo se desarrolla hay que encontrarlo en el cóctel molotov que representa la crisis del capitalismo financiero que arranca en el año 2008 y la cadena de ajuste del neoliberalismo salvaje de la Unión Europea, cóctel que sin duda amenaza con derrumbar el proyecto europeo.

 

LA CRISIS DEL PARTIDO SOCIALISTA FRANCÉS Y LA LIQUIDACIÓN DE LA SOCIALDEMOCRACIA

Para comprender lo que está sucediendo en Francia intentaremos realizar un análisis de las elecciones generales del 23 de abril, es por ello que debemos hacer hincapié en la situación de crisis del Partido socialista francés porque nos dará otra clave para comprender el ascenso del Front National a la parrilla política. La crisis del PS no es una novedad, sino que está inserta en la dinámica de derechización que la mayoría de los partidos mal llamados “socialdemócratas” sufren a partir de los años 90. A este respecto, tenemos en Europa muchos ejemplos de esta neoliberalización creciente como el Laborismo Británico, los partidos socialistas portugués y español respectivamente, así como la Gauche francesa que aquí trataremos. Sin embargo, a pesar de que el PS defendía en la práctica los intereses de la burguesía al igual que el IMP, en comparación con los partidos socialistas periféricos de Europa ha sido uno de los últimos en entrar en crisis, ya que el PSOE español sufre su debacle en el 2008, al igual que el portugués, mientras que el británico lo sufre en el año 2010 [1].

Aunque la crisis de los partidos “socialdemócratas” europeos es progresiva, la chispa que da a lugar a la crisis del PS está en su polémica ley del trabajo, llamada Ley El Khomri, por ser la ministra Myriam El Khomri su principal difusora. La explicación a esta ley estaría en la respuesta que las clases dominantes francesas toman para enmendar la falta de empleo o la desigualdad que su gestión produce. Dado que su afán de beneficio es infinito, se explica que en lugar de reducir su beneficio, reduzcan las rentas del proletariado a partir de la reducción de los costes laborales de despido y contratación. La contestación de las masas no se ha hecho esperar en forma de manifestaciones y encontronazos violentos con la policía francesa, hecho que demuestra el grado de crispación social existente.

Desde esta perspectiva, al PS le corresponde un grado de responsabilidad muy alto, ya que como ha renunciado a aplicar medidas del Estado del Bienestar con las que podía aminorar las diferencias de clases, estas diferencias de clase se ponen cada vez más en evidencia sobre todo cuando en torno a 3 millones de personas se encuentra en paro, el 10,2% de la población activa [2]. Este hecho hace más fácil que el Front National de Le Pen recoja el discurso de las clases sociales más desfavorecidas por el sistema capitalista, aprovechándose de su desesperación para apoyar su discurso xenófobo, islamófobo y antieuropeo.

 

¿POR QUÉ LA ULTRADERECHA TRIUNFA EN EL NORTE DE EUROPA Y LA IZQUIERDA EN EL SUR?

Las elecciones generales al igual que el parlamentarismo burgués conforman espacios donde tiene lugar la lucha de clases. Y por tanto conforman lugares donde se lleva a cabo la teatralización de la política. Es por ello que no podemos entender las elecciones como un simple movimiento de partidos y porcentajes, porque entonces solo estaremos haciendo una crónica del día a día. Lo interesante desde esta perspectiva es la de comprender las relaciones entre clases que provocan los cambios políticos. Para responder a esta pregunta nuestra propuesta pasa por entender que la fortaleza y/o la debilidad del sistema liberal, de los capitalismos europeos y de la clase dominante deben estar en la base del análisis, en concordancia o no con los movimientos sociales.

Desde esta premisa, no es casual que exista una conexión entre el ascenso de partidos de izquierdas nuevos en el sur europeo con una burguesía y unas clases dominantes más débiles, empobrecidas y dependientes del capital extranjero; y el ascenso de partidos de corte ultraderechista en países como Holanda, Francia etc., que cuentan con una burguesía más integrada en el imperialismo occidental y con una mayor acumulación. No estamos fijando una determinación económica como principal elemento de cambio, sino que basamos nuestro análisis en la evidencia de que los países con una burguesía fuerte puede controlar no solo el aparato del Estado, sino la opinión de forma más eficaz; que un país con una burguesía más débil y dependiente en la que es mucho más complejo mantener el orden, la alienación, y en el que bipartidismo se resiente más.

No hay que entender esta cuestión de forma mecánica y determinista, ya que también dependerá de la capacidad de movilización de los partidos de izquierdas que la ultraderecha no gane apoyos. A este respecto, en España la conexión de los movimientos sociales (15 M) con la política terminaron originando el desarrollo de Podemos, fuerza que viene a recoger el descontento del bipartidismo representado por PP-PSOE y viene a ocupar un espacio que en Francia está reservado principalmente por el Front National de Marine Le Pen.

Más allá del discurso ultraderechista de Le Pen en el que no nos detendremos debemos decir que el problema de estas elecciones no es su partido, sino la polarización política que está provocando en la política francesa, ya que el propio Macron o Fillon con discursos de derechas están emulando algunas de sus formalidades, demostrando así el poder de sus consignas. 

Para comprender también el ascenso de Le Pen hay que hablar de la población musulmana sobre todo argelina que es muy numerosa en Francia, y que viene como consecuencia de la descolonización que se inicia en los años 60. Esta población se trasladaría a la metrópoli para mejorar sus condiciones de vida. Fruto del imperialismo en África se conformó un discurso racista y xenófobo en Francia que venía a marcar la superioridad occidental y francesa. Este discurso es muy anterior al Front National, pero es un discurso que Le Pen abandera sobre todo después del terrorismo islámico, hecho que le hace ganar muchos apoyos en contra de la población musulmana.

En síntesis y a modo de ejemplo, no es que la debilidad del sistema liberal español y de sus clases dominantes sea condición sine qua non para que una fuerza de izquierdas alternativa pueda darse, en contraposición con la ultraderecha en los lugares donde el sistema liberal y el capitalismo están más asentado como en Francia. Pero sí que constituyen condiciones a valorar a un análisis del porqué de esta situación.

 

CONCLUSIONES

El futuro de la Unión Europea es uno de los temas que está en juego en las elecciones francesa, ya que la victoria de Marine Le Pen le augura un futuro incierto, después del Brexit en el Reino Unido. Lo que está claro es que si la Unión europea no funciona es un hecho que demostraría que la burguesía francesa y europea en general, es incapaz de controlar los efectos negativos de la crisis que ellos mismos han provocado, debido a la especulación y a las políticas neoliberales. Se cumple aquello que decía Marx, de que la burguesía no es capaz de ver más allá de la mercancía, con lo cual cae en la trampa de sus propias relaciones. El edificio de la Unión Europea se desmorona, pero si cae no habrá sido Marine Le Pen o la ultraderecha europea la culpable, sino que habrá sido la burguesía la que en términos de Marx le dará sepultura a su propia obra.

Lo interesante de la desintegración de la UE es que por fin se desvelaría que la unión nunca fue un proyecto de colaboración, sino un mercado común beneficioso para los negocios de la burguesía europea. Un mercado que será defendido con uñas y dientes sobre las ruinas del edificio europeo, demostrando que el sentimiento europeísta siempre fue un instrumento de propaganda que la burguesía necesitó para legitimar su proyecto.

Por otro lado, la incapacidad del Parti de Gauche de Jean-Luc Mélenchon, de atraer el voto que ha perdido el PS y que recoge con perfección Marine Le Pen, le llevará según las estimaciones de voto a localizarse en la quinta posición, con un estimación del 11,5% [3].

 

REFERENCIAS EMPLEADAS


[1] El Labour protagoniza su detonación en el año 2010, y continuó su crisis sobre todo con la entrada de Jeremy Corbyn.


[2] Artículo de BBC online “El final del milagro económico de Francia” por Andrew Walker. Enlace: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/05/160429_economia_crisis_francia_lf


[3] Artículo de prensa sobre los sondeos: “Présidentielle. Sondage: Le Pen en tête, Macron vainqueur au 2e tour”. Enlace : http://www.ouest-france.fr/elections/sondages/presidentielle-sondage-le-pen-en-tete-macron-vainqueur-au-2e-tour-4854782


Artículo del Le Monde Diplomatique: “La autodestrucción del Partido Socialista en Francia”, julio 2016, p. 8.

* En La casa de mi tía por gentileza de Samuel Espino Rodríguez

SAMUEL ESPINO