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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Santa Cruz de Tenerife sin política cultural o como usar el arte para desculturizar Santa Cruz de Tenerife - por Luisa Tamayo

 

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Santa Cruz de Tenerife sin política cultural o como usar el arte para desculturizar Santa Cruz de Tenerife - por Luisa Tamayo. concejala de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife *

 

Toda la política del alcalde Bermúdez y su equipo de gobierno, Coalición Canaria y Partido Popular, pasa por ocupar el Parque Cultural Viera y Clavijo (cuando se rehabilite) con un costosísimo museo de copias y réplicas del escultor francés del siglo XIX Auguste Rodin, que nada tiene que ver ni personal ni artísticamente con Santa Cruz, ni siquiera con Canarias. 

Este proyecto, planteado exclusivamente en términos economicistas, y de dudosa viabilidad, por cierto, carece de cualquier enfoque cultural y perspectiva de género. Para empezar, el proyecto no está dirigido por la concejala responsable de Cultura sino por el concejal de Hacienda y Patrimonio, y, mientras, cualquier actividad cultural propia brilla por su ausencia, más allá de algún evento aislado, ya que, por no tener, hasta carecemos de una Feria del Libro a la altura de un municipio capital de provincia. El escultor escogido, referente en la escultura moderna, también es referente machista por el uso y manipulación de su compañera sentimental y pupila, a nivel personal y artístico, la gran escultora Camile Claudel. Cabe plantearse por qué se escoge a Rodin y no a Camile Claudel para crear un museo internacional y, sobre todo, por qué el empeño en crear un museo internacional cuando hay un serio cuestionamiento a la concepción de los espacios museísticos; y por qué elegir una franquicia de un autor que podemos visitar en París y en muchos otros lugares del mundo. 

Se confía toda la suerte, y el extraordinario gasto en las arcas públicas, a que miles de turistas, incluyendo algunos cruceristas que solo estarán unas horas, se encerrarán en un museo a ver copias escultóricas y noa  visitar y conocer la obra del también internacional Óscar Domínguez o de María Belén Morales; o bien a conocer las valiosísimas obras expuestas en el Museo Municipal de Bellas Artes (muchas incluidas en el catálogo del Museo de El Prado); o dar un paseo por la ciudad y hacer la ruta de las esculturas en la calle (no tienen ni cartelas explicativas); o visitar el emblemático espacio de Los Lavaderos y conocer un oficio muy femenino y de paso, un barrio muy popular como El Toscal y otro muy diferente como el barrio de Los Hoteles-Pino del Oro y conocer así su urbanismo, casas unifamiliares humildes y ciudadelas en contraposición a viviendas fruto de la prosperidad burguesa- comercial de fuerte influencia británica y enterarse así de parte de la historia del municipio.

Se olvida que la población local no tiene costumbre de visitar museos, porque se ha olvidado la promoción de la cultura y de las artes en Santa Cruz, como queda patente con el propio cierre del Parque Cultural del Viera y Clavijo y toda su actividad (desaparece un espacio de teatro, la banda municipal de música, exposiciones, talleres…); y no se democratiza el acceso a la formación musical y otras artes con precios más asequibles o un ambicioso plan de descentralización por barrios.

Se ignora que la cultura es un proceso complejo de ideas, conocimientos, usos, costumbres de construcción colectiva, en que cada persona y sociedad forma parte no solo como agente pasivo, que contempla, sino activo, construyendo; y se olvida que el arte, en sus múltiples manifestaciones, no puede ser aislado y descontextualizado porque pierde su valor, especialmente el de transmitir, reelaborar y ser crítico con la cultura, la sociedad y los procesos históricos de su época.

Destinar 16 millones, sin ningún proceso de debate previo, para traer copias de un escultor extranjero no es más que un proceso mercantilista que nada tiene que ver ni con la cultura en general, ni con las manifestaciones culturales y artísticas locales. Estamos ante un proceso de desculturizar Santa Cruz, ahogando su potencial y tradición cultural y artística e impidiendo que Santa Cruz pueda volver a ser ejemplo de vanguardia, como lo fue con Westerdahl, Óscar Domínguez o María Belén Morales.

* En La casa de mi tía por gentileza de Luisa Tamayo

LUISA TAMAYO
LUISA TAMAYO

 

MANCHETA AGOSTO 22