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viernes, 19 de abril de 2024 09:55h.

La triste productividad de la Universidad canaria - por Chema Tante

Ha lastimado mi conciencia canaria la noticia de que nuestra Universidad está entre las últimas en cuanto a la productividad de su productividad. La ULPGC y la ULL hacen un triste papel en el estudio U-Ránking 2015, elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA.

Ha lastimado mi conciencia canaria la noticia de que nuestra Universidad está entre las últimas en cuanto a la productividad de su productividad. La ULPGC y la ULL hacen un triste papel en el estudio U-Ránking 2015, elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA.

Pero no se crean. El bochornoso lugar que Canarias ocupa en el ranking de universidades, como en todos los que se puedan consultar, no me inspira un sentimiento de vergüenza comparativa, de mal sabor por nuestra imagen, sino que me dispara la tristeza, la impotencia y el pavor, por lo que significa. Porque nuestro pueblo se muere, como pueblo, en el peor desamparo. Se muere, en todos los órdenes, pero sobre todo, se muere en el plano de la cultura.

La baja productividad, es decir, la carencia de actividad en investigación, en una universidad, supone la renuncia al papel esencial que debe cumplir esa institución en Canarias, y en cualquier parte. Porque la función de una universidad no se limita, como tanta gente parece pensar, a la simple formación de la gente, sino que es el avance del conocimiento, en lo universal, pero también desde la perspectiva canaria. Para formar a la juventud, simplemente, no hace falta tanta alforja, si resulta que se le forma en función del conocimiento de otras latitudes. La Universidad canaria tiene que ser la proptagonista y cabeza en el avance del conocimiento canario. Pero ya vemos que no es así.

Este auténtico drama para la sociedad canaria viene de la obsesión oficial por generar multitudes de profesionales superiores, alentando la perversión de criterio que entiende el título universitario como una mera palanca de promoción social. Es la mentalidad pacata de querer un título universitario, sin que importe demasiado el nivel de ese título ni de para qué demonios sirve. Es contemplar la formación universitaria como un fin en sí misma, en lugar del instrumento de desarrollo cultural de todo un pueblo, que debe ser.

Por eso se ha abandonado la investigación, porque la Universidad canaria ha desertado de su responsabilidad de ahondar en el conocimiento. Y, con ello, hemos llegado a esta situación en la que los títulos tienen un carácter anodino, sin especificación de calidad alguna. 

Y tan equivocada manera de ver las cosas no es un pecado de las autoridades universitarias, sino de las autoridades políticas. El gobierno de Canarias ha estado en manos de cafalmejas que no han entendido qué es ni para que sirve la Universidad. Como siempre, fuerte desgracia ésta.

http://www.u-ranking.es/analisis.php

http://www.laprovincia.es/sociedad/2015/03/16/canarias-cola-productividad-universitaria/686212.html

http://eldia.es/canarias/2015-03-16/21-Canarias-autonomias-menor-productividad-sistemas-universitarios.htm

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?Id=368798