Catalunya y el divorcio juvenil con el 78 (Pablo G. Perpinyá) Comenta Chema Tante
"Es importante que los demócratas españoles y en particular los jóvenes reivindiquemos una idea de país que sustituya los alunizajes en colegios electorales por diálogo". Yo, Chema Tante, creo que Pablo G. Perpinya acierta absolutamente con este art´ñiculo en CTXT CONTEXTO Y ACCIÓN, en el que advierte sobre el amplio marco en el que hay que inscribir el follón catalán de estos días. Esta resistencia popular que se está produciendo en Cataluña evidencia que es el sistema constitucional el que falla estrepitosamente. La gente catalana viene reclamando una normalización de las relaciones de su país con el estado. En otros pueblos, la misma reclamación la formulamos otras personas ¡ay1 menos numerosas. Pero en lo que sí somos legión es en la demanda de una reforma de una Constitución redactada y promulgada "con los fusiles apuntando desde las azoteas", como decía mi adorada Almudena Grandes. Una chapuza de Constitución que la hidra bicéfala PpPsoE ha mantenido, por la miserable razón de que les favorece electoralmente, pero que cambia cuando se lo mandan sus amos ricachones y que, desde luego, solamente repsetan cuando les conviene. Por cierto que, desde mi pureta edad, en lo único que discrepo de este texto excepcional de Perpinyá es en la referencia etaria: el divorcio con el 78 es de los y las jóvenes, por supuesto, pero en ese brete también hay mucho carroza. Y otra cosa: a pesar del apellido, Perpinyá es de Pozuelo.
Lo que comenzó siendo un conflicto territorial se ha convertido, tras la incomprensible gestión del Gobierno de España del 1-O, en un conflicto en el que están en juego las libertades políticas que fundamentan la democracia. La épica conservadora en torno a la unidad de España y el enemigo que busca por todos los medios romper la paz y la convivencia sirve para simplificar el conflicto hasta el punto de que cualquier ciudadano español puede comulgar emocionalmente con esta idea sin mucho esfuerzo. En la sencillez del acto reside su poder aunque, como todo en la vida, no es infalible y por eso Mariano Rajoy ha terminado por cometer errores que le convierten en un presidente amortizado. Tras el 1-O Rajoy ya no puede formar parte de la solución porque ha demostrado que su viejo libro de recetas ya no funciona en este punto de la historia.
Todo el certero artículo de Gómez Perpinyá en CTXT: