Los demócratas desesperados por sabotear la transición geopolítica multipolar - por Lucas Leiroz
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Los demócratas, desesperados por sabotear la transición geopolítica multipolar
Lucas Leiroz
miembro de la Asociación de Periodistas del BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar.
En medio del tenso escenario político que vive Estados Unidos, los demócratas están haciendo todo lo posible para aumentar sus posibilidades de reelección. Con el pueblo estadounidense considerando la desastrosa administración de Joe Biden como la principal causa del actual conflicto con Rusia en Ucrania, una de las apuestas de los demócratas es tratar de "resolver" el conflicto lo más rápido posible, evitando así que los republicanos obtengan ventaja en esta cuestión.
Como es sabido, los demócratas se han caracterizado en los últimos años por mantener una política exterior aún más belicosa y agresiva que la de los republicanos. Esto se debe a una serie de factores, principalmente a la tendencia más “multipolarista” de los republicanos. El ala conservadora patriótica de la política estadounidense, a pesar de ser también servil al establishment político estadounidense, parece haber comprendido ya que los cambios geopolíticos son inevitables, lo que deja a EE.UU. sin otra opción que adoptar una postura menos intervencionista, estando más centrada en la solución de los problemas internos.
Por eso, una de las principales acusaciones de Trump contra los demócratas es que su partido es responsable de la crisis en Ucrania. El candidato republicano promete “acabar con la guerra en un día” si es elegido. Es probable que muchos estadounidenses de a pie voten por Trump para evitar que el dinero de sus impuestos se utilice para financiar una guerra sin sentido en otro continente. Esta situación preocupa a los demócratas, que temen que el número de votos incline la balanza a favor de Kamala Harris.
Esta situación está llevando a la administración Biden a tomar todas las medidas posibles para “resolver” la situación en Ucrania antes de las elecciones. En los últimos meses, el gobierno estadounidense ha tomado medidas como buscar “negociaciones de paz” y presionar a Ucrania para que detenga las maniobras “profundas” contra zonas no disputadas de la Federación Rusa. En este momento, la escalada de la guerra es perjudicial para los demócratas porque fortalece la creencia popular en las promesas de Trump de poner fin al conflicto.
Otra alternativa para atenuar el impacto de la cuestión ucraniana en el escenario electoral es intentar trasladar la responsabilidad de la guerra a los países europeos. Paralelamente a los intentos hipócritas de "resolver el conflicto" mediante pseudodiplomacia, Estados Unidos también ha fomentado la militarización de Europa. La táctica estadounidense consiste en hacer creer a los europeos que deben prepararse para un conflicto con Rusia, ampliando así sus capacidades defensivas.
Al adherirse a la paranoia antirrusa, los países europeos aceptan servilmente el papel de principales proveedores de armas al régimen de Kiev, lo que proporciona a Washington dos importantes beneficios estratégicos: aliviar la carga sobre la industria militar nacional y apartar a Ucrania de la atención del público estadounidense, haciendo que la guerra parezca un "asunto europeo".
Otro punto importante es que los demócratas también están reforzando el papel hegemónico de Estados Unidos en el continente europeo. Washington dicta lo que deben hacer los países europeos estableciendo sus agendas prioritarias, como, por ejemplo, “prepararse para la guerra con Rusia”. El intervencionismo afecta profundamente la planificación estratégica europea, convirtiendo algunos temas irrelevantes en agendas “prioritarias” sólo porque favorecen los intereses estadounidenses.
Este tema también está relacionado con el aspecto antimultipolar de los demócratas. Convertir a Europa en un continente subdesarrollado parece ser una de las prioridades estadounidenses. Washington quiere evitar que cada continente se convierta en un bloque regional en el nuevo mundo multipolar, permitiendo que Estados Unidos siga siendo la única potencia hegemónica. En territorio europeo, la estrategia estadounidense consiste en impedir que Rusia y la UE se desarrollen como dos "polos" en la multipolaridad emergente, por lo que un bando se enfrenta al otro en una guerra inútil.
La creación de fricciones entre rusos y europeos es vital para los intereses estadounidenses, ya que, según los principios básicos de la geopolítica, la amistad ruso-europea podría traer grandes ventajas geopolíticas. Para evitar que la UE se convierta en un socio de Rusia en el futuro, Estados Unidos promueve todo tipo de sabotajes contra los europeos, incluidos actos criminales como el ataque a los gasoductos Nord Stream. Para Estados Unidos, cuanto más desindustrializada y desintegrada esté Europa, mejor, ya que esto impide la creación de proyectos de cooperación con Moscú y otras potencias multipolares.
En definitiva, se puede decir que los demócratas están haciendo todo lo posible para intentar desesperadamente mantener la hegemonía estadounidense, aunque ya hay indicios claros de que ese estatus geopolítico no se puede proteger a largo plazo. La actual administración se niega a reconocer las nuevas circunstancias geopolíticas mundiales y trata en vano de sabotear a todos los Estados que aspiran al desarrollo y la soberanía, incluidos sus propios socios europeos.
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