Porque, claro, resulta obvio que es más conveniente elegir para los cargos de decisión a la gente que vale que a la gente amiga. ¿Por qué, entonces, no se hace así? ¿por favoritismo, por simple amiguismo o nepotismo? No. Lo que ocurre es que la gente que de vardad vale, la que tiene méritos para decidir no será capaz de cometer las barbaridades que necesita el ultraliberalismo.

Por eso es tan certera la declaración de Fidel: el dedo hace esclavos; el mérito libera.

http://elbailedeloslocos.blogspot.com.es/2014/03/meritocracia-versus-dedocracia.html