La responsabilidad de Fernández Díaz y de Fernández de Mesa en la tragedia de Ceuta
Pudo haberse ahogado, seguramente perderá el ojo...
La acumulación de vilezas, día tras día, de esta banda depravada que nos gobierna es la garanbtía de su impunidad. Porque cada nueva fechoría hace olvidar a las anteriores. Por eso hay que denunciar sin cesar que todas estas barbaridades no son más que la expresión de una mentalidad que desprecia la vida humana e ignora la solidaridad. El ministro del Interior y el Director de la Guardia Civil, conspicuos miembros de la Iglesia Católica, desprecian los preceptos esenciales de la religión que dicen profesar: ni respetan la vida ni aman a su prójimo.
La profusión de mentiras y tergiversaciones practicadas por el ministro y el director general son la mejor prueba de su culpabilidad. Esta gente, por medio de la Guardia Civil, incumplen las directivas europeas que prohíben la aplicación de medios y protolocos antidisturbios en el control de migración; quebrantan los convenios internacionales para la protección de la vida humana en la mar y vulneran la Ley de Extranjería que veda las expulsiones automáticas de personas que se encuentresn en territorio del estado español.
La Curia católica debería tomar con esta gente incumplidora de su doctrina las mismas medidas de excomunión con que amenazan a quienes tengan que ver con el aborto, que, dentro de unos plazos, no atenta contra la vida, como demuestra la ciencia.
http://www.elmundo.es/espana/2014/02/14/52fe1216268e3e8c698b4574.html