Canarias, el día de la pantalla que oculta la ruina - por Chema Tante

Ya se acabó la faramalla. Ya pueden guardarse cachorros, faldas y chalecos, hasta la próxima juerga en la que haya que disfrazarse de gente maga o maúra para bailar salsa. Ya los niños y las niñas pueden olvidarse hasta el año que viene de que sus escuelas estan en Canarias. Porque ser "un auténtico canario" (o canaria) es enmascararse un día al año. Ya los supermercados y grandes superficies apagarán isas y folias y seguirán vendiendo alimentos importados y quitarán el puestito con el guineo del "hecho en Canarias".

Ya pasó el Día de Canarias y vuelve la tristeza que sufrimos quienes nos negamos a olvidar que estas pobres islas, en el mejor momento de su historía, en oportunidades y en recursos, están metidas en un desastre social que las pone en los peores lugares de Europa.

El genuflexo Clavijo, la patricia Oramas, el pinturero Bermúdez, el machango de Melchior, Alonso, seguirán con sus contradictorios argumentos. Volverá su guineo sobre los resultados de su gestión, pero sosteniendo que, para rescatar a tanta gente de la miseria, es preciso favorecerf -todavía más- la especulación con esa Ley del Suelo suya. Que sus proyectos crean empleo, pero necesitan más competencias, para crear empleo. Que Madrid ningunea a Canarias, pero que CC es la "Voz que hace que Canarias se escuche en Madrid". La bien alojada Patricia y su flamante "comisionado para la Inclusión Social y Lucha contra la pobreza", Néstor, seguirán con sus patrañas de que "ya se está notando una mejoría en la situación social"

Pero toda esta jarca de irresponsables no puede ocultar que cuando la tecnología, las condiciones climáticas, el singular avance en la formación de nuestra gente coloca a las islas en estupendas condiciones, Canarias sigue, fuerte tópico desgraciado, siempre vigente, "a la cola de todo lo bueno, en cabeza de todo lo malo".

No es casualidad que las dos personas que, día a día, mejor y más cabalmente reflejan la realidad canaria, Morgan y Padylla, con sus geniales caricaturas, hayan coincidido en describir la magua que acongoja, el Día de Canarias y todo el años, a quienes sí sentimos cariño por nuestra desafortunada patria. Unas islas cuya gente ve que sus recursos naturales son esquilmados para el beneficio de unas pocas empresas, la mayoría de fuera. Unas islas cuya gente ve que las personas ricas se llevan las perras a guaridas fiscales y luego se quejan de "que no hay inversión". Unas islas cuya gente no goza de las condiciones de vida que podrían ser posibles, si las empresas y la política no estuvieran dirigidas por una manada de velillos. Unas islas, en fin, cuya gente pierde su identidad vergonzosamente, porque quien tiene el deber de defenderla y alentarla la desvirtúa, con ferias de abril, hallowens, y demás novelerías.

Y hay que repetirlo, con tristeza. Miserables.